San Eparquio

Date: 
Jueves, Julio 1, 2021

CIBARDO abandonó el mundo contra la voluntad de sus padres y se retiró a un monasterio, tal vez al de San Cibardo de Dordogne. Ahí sirvió a Dios a las órdenes del abad Martín. Como sus virtudes y milagros le hubiesen hecho famoso, el santo, para evitar la tentación de la vanagloria, dejó el monasterio y se retiró a la soledad en las cercanías de Angulema. Pero sus virtudes eran demasiado esplendorosas para permanecer ocultas, y el obispo de la región obligó a San Cibardo a aceptar el sacerdocio. Aunque vivía en la soledad, el santo tuvo algunos discípulos. Como deseaba que orasen sin interrupción, les prohibió el trabajo manual. Cuando alguno de sus monjes se quejaba de que no tenía lo necesario para vivir, San Cibardo le recordaba las palabras de San Jerónimo, "la fe no tiene miedo al hambre". Y así era en realidad porque los fieles, que tenían en gran aprecio a San Cibardo por los milagros que obraba, le daban generosamente cuanto él y sus discípulos necesitaban.

Alban Butler - Vida de los Santos