Santos Lusorio, Ciselio y Calmerino

Date: 
Sábado, Agosto 21, 2021

SEGÚN LAS "actas" de estos mártires, que no merecen crédito alguno, Lusorio era un soldado romano que había leído el salterio y había quedado profundamente impresionado por esa lectura. Al leer el Salmo 85: "Ninguno de los dioses es como Tú, Señor, y sus obras son nada en comparación de las tuyas: Tú eres el único Dios", Lusorio comprendió que ese Dios era el de los cristianos. Así pues, hizo suya la plegaria del siguiente versículo: "Condúceme, Señor, por tus caminos y avanzaré por el sendero de la verdad". Haciendo torpemente la señal de la cruz, Lusorio se dirigió a un templo cristiano y ahí oyó el Salmo 118: "Derrama tu gracia sobre tus siervos. Vivifícame y observaré tus mandamientos. Abre mis ojos . . ." Lusorio consiguió entonces otros libros de la Sagrada Escritura y aprendió de memoria los Salmos y los Profetas. Cuando se le permitió finalmente leer los Evangelios, la luz se hizo en su alma, creyó en Jesucristo, y fue bautizado.

Por entonces estalló la persecución de Diocleciano. El prefecto Delfio empezó a ejecutar los decretos imperiales en Cerdeña, donde se hallaba acuartelada la guarnición a la que pertenecía Lusorio. El santo fue uno de los primeros que comparecieron ante el prefecto, junto con dos jóvenes llamados Ciselio y Calmerino. Delfio exigió a Lusorio, quien llevaba aún la túnica bautismal, que negase a Jesucristo. Como éste se rehusase a ello, fue atado a un poste y azotado. Durante la tortura, el santo cantaba los salmos para glorificar a Dios, olvidar sus sufrimientos y alentar a sus jóvenes compañeros. Como éstos permaneciesen también firmes en la fe, Delfio ordenó que los tres fueran decapitados. El martirio tuvo lugar en el Foro de Trajano.

Alban Butler - Vida de los Santos