ERA NATURAL de Nimes y, probablemente, hermano de San Leoncio de Fréjus. Se inició en una carrera secular y se casó con la hija de una rica viuda de Marsella. Pero en seguida, marido y mujer se sintieron atraídos a la vida del claustro tan imperiosamente, que se separaron. Castor fundó el monasterio de Mananque, cerca de la ciudad de Apt, en Provenza, del que fue el primer abad. No pasó mucho tiempo sin que se le llamara a ocupar la sede episcopal de Apt, un cargo que aceptó de mala gana, pero que desempeñó con extraordinaria firmeza. Consagró todas sus energías a la salvación de las almas y se propuso acosarlas, llamarlas de continuo para que amasen a Dios y se unie- sen a la Iglesia a fin de servirle a El, que es todo amable y venerable. San Castor mantuvo un interés constante en el bienestar de sus monjes, y fue a pedido suyo que San Juan Casiano escribió su obra sobre la vida monástica, titulada: De Institutis Coenobiorum, que fue dedicada a San Castor.
Alban Butler - Vida de los Santos