TKODAKDO FUE un enérgico obispo de Tongres-Maestricht y un hombro alegre, simpático y bien dispuesto. Eso es prácticamente todo lo que sabemos de su vida, aparte de algunos datos sobre sus actos. Algunos nobles sin escrúpulos habían tomado posesión de las tierras que, por derecho, pertenecían a su iglesia. Entonces, tomó la resolución de presentarse ante Childerico II de Austrasia para pedirle que se hiciera justicia. Al pasar por el bosque de Bienwand, cerca de Speyer, fue asaltado por unos bandoleros, que le mataron. Su biógrafo nos informa que San Teodardo tuvo tiempo de pronunciar un largo discurso ante sus asesinos, quienes le respondieron con una cita de Horacio. En vista de que su muerte ocurrió cuando emprendía una jornada en defensa de los derechos de la Iglesia, fue venerado como mártir, y su sucesor, San Lamberto, trasladó sus restos a la iglesia de Lieja. También el Martirologio Romano habla de San Teodardo como mártir y dice que "dio su vida por sus ovejas y, después de su muerte, sus virtudes resplandecieron con signi- ficativos milagros".
Alban Butler - Vida de los Santos