Los CANÓNIGOS Regulares de Letrán veneran hasta hoy la memoria de este santo que fue adorno de la orden en el siglo undécimo. Pedro vino al mundo en Langeac, en la región del alto Loira, en el año de 1003. Recibió una buena educación y no tardó en descubrir su vocación hacia el sacerdocio. Después de su ordenación, fue enviado a ejercer su ministerio en su ciudad natal, donde cumplió fielmente con sus deberes y, en secreto, practicó severas mortificaciones y llevó una vida austera. Desde tiempo atrás, había deseado abandonar el trabajo pastoral para someterse a una regla en alguna comunidad religiosa; eventualmente, halló la ocasión de realizar sus deseos cuando sufrió la persecución de una mujer que se sentía atraída hacia él. Pedro se retiró entonces a unos terrenos que se le habían asignado en Pébrac, de la región de Auvernia, donde fundó y edificó un monasterio para los canónigos regulares, bajo la regla de San Agustín. El mismo gobernó a su comunidad como primer preboste. El éxito de la empresa llamó la atención de los obispos, varios de los cuales solicitaron ayuda a San Pedro para poner orden en los capítulos colegiados de sus catedrales. San Pedro de Chavanon murió el 9 de septiembre de 1080 y fue enterrado en Pébrac. En aquel monasterio el santo M . Olier fue nombrado abad in commendam a la edad de dieciocho años, en 1626.
Alban Butler - Vida de los Santos