Ante las diversas manifestaciones de algunos miembros de la CNTE, los Obispos, como pastores y mexicanos, creemos oportuno expresar lo siguiente:

1. Todos tenemos la libertad de defender aquellos derechos que consideramos propios.

2. Esta defensa debe ejercerse respetando los derechos de los demás, así como las instituciones y leyes que como mexicanos nos hemos dado.

3. Por lo anterior, es indispensable el respeto al derecho a la educación de los niños y jóvenes de México.

4. También debe ser respetado el derecho de los ciudadanos a transitar libremente y a ejercer sus actividades ordinarias y laborales.

5. Los miembros de la CNTE deben tomar en cuenta que cualquier acción que dañe a la educación, a la economía y a la convivencia social repercute también en ellos ya que forman parte de esta nación.

6. Por lo tanto, hacemos un llamado a privilegiar el diálogo superando los intereses personales o grupales para buscar el bien presente y futuro de la patria de la que todos formamos parte, teniendo en cuenta que el presente y el futuro de una nación está en la educación.