La humanidad violada de la población siria

2013-09-18 L’Osservatore Romano
Nueva York, 17. Un uso “a escala relativamente grande” de armas químicas, precisamente de gas sarín, se perpetró en el área de Ghouta, en la periferia oriental de Damasco el pasado 21 de agosto, en lo que se configura como un rimen contra la humanidad. Lo confirmó ayer al Consejo de seguridad el secretario general de la Onu, Ban Ki-moon, sobre la base del informe redactado por los inspectores encabezados por Åke Sellström. El informe no certifica la responsabilidad de tal crimen, que varios países consideran del gobierno del presidente Bashar Al Assad, y que otros atribuyen a los rebeldes. Pero más allá de la confrontación diplomática, permanece la tragedia de la población siria golpeada por una guerra despiadada que ya ha traspasado abundantemente cualquier límite dictado por el respeto a la persona humana.

Francia y Gran Bretaña, según fuentes diplomáticas, enviarán pronto a los demás miembros del Consejo de seguridad una propuesta de resolución que amenaza con sanciones tanto si Damasco no mantiene el compromiso de desarme como si no acepta el referimiento de los responsables de los ataques de armas químicas al Tribunal penal internacional.

Ban Ki-moon citó detalladamente qué se deduce de los materiales recogidos por la misión, después enviados a laboratorios de la Organización para la prohibición de las armas químicas (Opcw), confirmando que la mayor parte de las muestras reunidas mostró el uso de gas sarín.

Ban Ki-moon acogió favorablemente el acuerdo alcanzado entre el ministro de Exteriores ruso, Serghei Lavrov, y el secretario de Estado americano, John Kerry, por lo que respecta a la puesta bajo control internacional y después a la destrucción de las armas químicas de Damasco. “Estoy dispuesto -dijo- a apoyar este proyecto en toda forma posible, también comprendiendo plenamente la complejidad de una empresa semejante en medio de una guerra civil. La unidad del Consejo de seguridad será crucial. Dada la gravedad de la situación, exhorto al Consejo a examinar las modalidades para garantizar la aplicación y el respeto del plan a través de una resolución clara. Estoy de acuerdo con que debería haber consecuencias por la falta de respeto. Cualquier uso de armas químicas por parte de cualquiera, en cualquier lugar, es un crimen”.