San Ignacio de Antioquía

de Enrique Díaz Díaz
Obispo Auxiliar de San Cristóbal de las Casas

Escuha aquí el Evangelio del día en voz de Mons. Enrique Díaz Díaz

17 de Octubre

San Ignacio de Antioquía

Romanos 3, 21-30:“El hombre es justificado por la fe y no por cumplir la ley de Moisés”

Salmo 129:“Perdónanos, Señor, y viviremos”

San Lucas 11, 47-54: “Les pedirán cuentas de la sangre de los profetas, desde la sangre de Abel hasta la de Zacarías”

Hoy todos los acontecimientos se unen para prepararnos al gran día de las misiones. Celebramos a San Ignacio de Antioquia a quien le gustaba ser llamado también “Teóforo”, es decir “Aquel que lleva a Dios”. Es el segundo sucesor de San Pedro en la Iglesia de Antioquia. Bajo el emperador Trajano fue condenado por ser cristiano y trasladado a Roma para ser arrojado a las bestias. Es su camino fue alentando a las comunidades y escribió siete cartas para animar a las Iglesias a mantenerse firmes en la fe del Señor. Frente al inminente sacrificio en lugar de asustarse invitaba a los fieles a permanecerse firmes ante la persecución y decía:“Soy trigo de Dios y he de ser molido por los dientes de las fieras, para llegar a ser pan limpio de Cristo”. Entiende su sacrificio como una prolongación del sacrificio de amor y de obediencia de Cristo culminado en la Eucaristía. En este mismo día San Pablo nos presenta en su carta a los Romanos la necesidad de que el Evangelio llegue a todas las gentes: “Por medio de la fe en Jesucristo, la actividad salvadora de Dios llega, sin distinción alguna, a todos los que creen en él”.

Actitud misionera de una fe que comparte salvación y vida. Gratuidad que impulsa a llevar el mensaje sin condiciones, sin vanaglorias, como compartiendo un don. Muy contrario a lo que nos presenta el Evangelio cuando se hace de la religión una ideología, cuando se acalla el mensaje del profeta, cuando se manipulan las verdades. Nos estamos preparando para el día Mundial de las Misiones, revisemos nuestra forma de vivir el Evangelio, nuestra coherencia y nuestro entusiasmo para compartir la vida. La acusación y fuerte condena de Jesús en los ayes proclamados, es contra personas que se supone vivirían de un modo pleno y consciente la Palabra que aseguran han recibido. Pero sus acciones contradicen sus palabras: honran a los profetas pero no aceptan el mensaje; conocen la ley pero la utilizan para esclavizar; se dicen religiosos pero niegan la verdadera relación con Dios que convierten en hermanos a todos los hombres. Se coherentes con San Ignacio, convertirnos en “portadores” de Dios, será la mejor preparación para el domingo Mundial de las Misiones.

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