2013-12-23 Radio Vaticana
(RV).- «Los pobres no pueden esperar...». Siguen vibrando las palabras que el Papa Francisco leyó en una gran pancarta en la Plaza de San Pedro, este último domingo de Adviento, en la última cita para el rezo mariano del Ángelus antes de la solemnidad en la que recordamos el nacimiento del Niño Dios. Deseando de corazón a todos una Navidad de esperanza, justicia y fraternidad, una vez más, el Santo Padre expresó con ternura, espontaneidad y sencillez su cercanía a los pobres, a los que no tienen trabajo, ni casa, abrazando idealmente, por medio de los que acudieron a rezar con él, a todos los que en el mundo sufren injusticias sociales. «Los pobres no pueden esperar»..., estas palabras que leyó el Obispo de Roma, nos hacen recordar lo que el mismo Papa Bergoglio escribe en la primera Exhortación Apostólica de su Pontificado Evangelii Gaudium: (capítulo IV sobre la Dimensión social de la Iglesia) «La dignidad de cada persona humana y el bien común son cuestiones que deberían estructurar toda política económica»... «Procuraré concentrarme en dos grandes cuestiones que me parecen fundamentales en este momento de la historia. Las desarrollaré con bastante amplitud porque considero que determinarán el futuro de la humanidad. Se trata, en primer lugar, de la inclusión social de los pobres y, luego, de la paz y el diálogo social»... «La necesidad de resolver las causas estructurales de la pobreza no puede esperar...» :
«Leo allí, un escrito grande: los pobres no pueden esperar. ¡Es hermoso esto! Y me hace pensar que Jesús nació en un establo, no nació en una casa. Después tuvo que escapar, huir a Egipto para salvar su vida. Finalmente, regresó a su casa en Nazaret. Y pienso hoy, leyendo esto, en tantas familias sin casa, ya sea porque nunca la tuvieron, ya sea porque la han perdido por muchos motivos. La familia y la casa van de la mano. Es muy difícil llevar adelante una familia sin poder vivir en una casa. En estos días de Navidad, les invito a todos -personas, entidades sociales, autoridades – para que hagan todo lo posible para asegurar que cada familia pueda tener un hogar».
En su forma tradicional de diálogo, el Obispo de Roma, que conoce las dificultades y realidad del momento actual también en Italia, donde se están viviendo manifestaciones callejeras y conflictos, con personas que invocan su derecho a un trabajo digno, que permita una vida digna y todas las seguridades sociales, que parecen alejarse cada vez más, el Papa Francisco, se dirigió a un grupo de estas personas, con palabras de aliento, invitando al diálogo y nunca la violencia para defender sus derechos legítimos:
«A todos los que en Italia se reunieron hoy para manifestar su compromiso social, deseo que den una contribución constructiva, rechazando las tentaciones de la confrontación y la violencia y siempre siguiendo el camino del diálogo y defendiendo los derechos.
¡Les deseo a todos un buen domingo y una Navidad de esperanza, de justicia y fraternidad!»
(CdM - RV)