2013-12-29 Radio Vaticana
(RV).- Antes de la oración dominical del Ángelus que rezó con miles de peregrinos, en la que Francisco invitó a “pedir con fervor a María Santísima, Madre de Jesús y Madre nuestra y a san José, su esposo para que iluminen, conforten y guíen a cada familia del mundo, para que puedan cumplir con dignidad y serenidad la misión que Dios les ha confiado”, el Obispo de Roma exhortó: “mientras fijamos la mirada en la Santa Familia de Nazaret en el momento en que está constreñida a hacerse prófuga, pensamos en el drama de aquellos migrantes y refugiados que son víctimas del rechazo y de la explotación. Pero también pensamos en los “exiliados” que puede haber dentro de las mismas familias: los ancianos, por ejemplo, que a veces son tratados como presencias molestas”.
Manifestó que piensa que un signo para saber cómo va una familia es ver cómo se tratan en ella a los niños y a los ancianos. Y expresó que: Jesús ha querido pertenecer a una familia que ha experimentado estas dificultades, para que nadie se sienta excluido de la cercanía amorosa de Dios. “La fuga a Egipto a causa de las amenazas de Herodes nos muestra que Dios está allí donde el hombre está en peligro, allí donde el hombre sufre, allí donde escapa, donde experimenta el rechazo y el abandono; pero es también allí donde el hombre sueña, espera volver a su patria en la libertad, proyecta y elige para la vida y la dignidad suya y de sus familiares”.El Vicario de Cristo dijo que la sencillez de la vida de la Sagrada Familia es un ejemplo que hace tanto bien a nuestras familias, las ayuda a convertirse cada vez más en comunidad de amor y de reconciliación, en la que se experimenta la ternura, la ayuda recíproca, el perdón recíproco. Y animó a las familias a tomar conciencia de la importancia que tienen en la Iglesia y en la sociedad, porque “el anuncio del Evangelio pasa ante todo a través de las familias, para alcanzar después los diversos ámbitos de la vida cotidiana”.
Jesuita Guillermo Ortiz – RADIO VATICANA
Después del rezo a la Madre de Dios, el Papa Francisco recordó que el próximo Consistorio y el próximo Sínodo de los Obispos afrontarán el tema de la familia y que la fase preparatoria ya se ha iniciado desde hace algún tiempo. Por ello, en esta Fiesta de la Sagrada Familia, el Santo Padre quiso encomendar a Jesús, María y José, este trabajo sinodal, rezando por las familias de todo el mundo. E invitó a todos a unirse espiritualmente a él en la oración escrita por él mismo y que luego pronunció:
Oración del Papa Francisco a la Sagrada Familia:
«Jesús, María y José,
en ustedes contemplamos
el esplendor del amor verdadero,
a ustedes nos dirigimos con confianza.
Sagrada Familia de Nazaret,
haz que también nuestras familias
sean lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Sagrada Familia de Nazaret,
que nunca más en las familias se vivan experiencias
de violencia, cerrazón y división:
que todo el que haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.
Sagrada Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
pueda despertar en todos la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchen y atiendan nuestra súplica. Amén.
El Obispo de Roma dirigió asimismo un saludo especial a todas las personas conectadas con este rezo en la Plaza de San Pedro, desde Nazaret, en Basílica de la Anunciación, con la presencia del Secretario General del Sínodo de los Obispos; desde Barcelona, en la Basílica de la Sagrada Familia, con la presencia del presidente del Pontificio Consejo para la Familia; desde Loreto, en la Basílica Santuario de la Santa Casa. Saludo que extendió a todas aquellas personas que en varias partes del mundo se han reunido para otras celebraciones dedicadas a la familia, como en Madrid.
(CdM - RV)