2014-01-08 Radio Vaticana
(RV).- Con Jesús, en la Iglesia, portadores de una esperanza nueva, que nadie puede apagar, perdonando y reconociendo en los pobres el rostro del Señor que nos visita. En la primera audiencia general del 2014, con el abrazo de miles de peregrinos también en esta ocasión en la Plaza de San Pedro, el Obispo de Roma anunció que a partir de hoy comienza una serie de catequesis sobre los Sacramentos, empezando por el Bautismo. Señalando que «los Sacramentos prolongan en la historia la acción salvífica de Cristo», y que «Cristo con la fuerza del Espíritu Santo regenera continuamente a la comunidad cristiana y la envía al mundo para llevar a todos la salvación con palabras y gestos, con la predicación y los Sacramentos», el Papa Francisco, reanudó, después de la pausa navideña, las citas semanales para la audiencia general y deseó a todos ¡feliz año nuevo y buena peregrinación!
¡No se dejen robar la identidad cristiana!, alentó el Santo Padre. Y así como en su alocución central en italiano, también en sus saludos a los peregrinos de lengua española y a los de tantas partes del mundo, el Obispo de Roma invitó a acoger cada día la gracia del Bautismo para hacerlo fructificar y ser cada vez más «signos del amor de Dios para todos». Tras hacer hincapié en que «los Sacramentos, son el centro de la fe cristiana» y en que por medio de ellos «Dios comunica su gracia, se hace presente y actúa en nuestra vida», el Papa Bergoglio, destacó la feliz coincidencia del próximo domingo, en que celebramos la fiesta del Bautismo del Señor.
«El Bautismo es el sacramento sobre el que se fundamenta nuestra fe y nos hace miembros vivos de Cristo y de su Iglesia. No es un simple rito o un hecho formal, es un acto que afecta en profundidad la existencia. Por él, nos sumergimos en la fuente inagotable de vida, que proviene de la muerte de Jesús. Así podemos vivir una vida nueva, de comunión con Dios y con los hermanos». Una vez más, el Papa invitó también a recordar y celebrar la fecha del Bautismo, anunciando con nuestra vida la Buena Noticia, siguiendo a Jesús y permaneciendo en la Iglesia, con nuestros límites y fragilidades, gracias a los Sacramentos.