2014-01-15 Radio Vaticana
(RV).- Discípulos y misioneros del Evangelio, con palabras y obras, siempre y en todo lugar, el Señor cuenta con nosotros, pidámosle que a través de la gracia del Bautismo podamos ser instrumentos de las bendiciones de Dios para todo el mundo, alentó el Obispo de Roma en su audiencia general, a la que acudieron, a pesar del frío, una vez más, miles de fieles, se calcula unos 35 mil. Y a pesar del frío, también este miércoles, el Papa pasó en el jeep lo más cerca de las personas, saludando, bendiciendo y acariciando. Peregrinando como Pueblo de Dios en la historia, cada uno en el lugar que el Señor le ha asignado. El Papa recordó la importancia del Bautismo en la ejemplar historia de la comunidad cristiana en Japón, de la que tenemos tanto que aprender. A pesar de la trágica persecución del siglo XVII, logró perseverar en la fe, en la clandestinidad, gracias al Bautismo que los padres administraron a sus hijos.
Tras dejar como tarea el buscar la fecha del propio Bautismo, en el marco del nuevo ciclo de catequesis sobre los Sacramentos, que empezó la semana pasada, Francisco prosiguió sus reflexiones sobre el fundamento de nuestra vida, el comienzo de la vida nueva como hijos de Dios. Pues, recibiendo la fe y el bautismo los cristianos acogemos la acción del Espíritu Santo y nos afianzamos en las palabras exhortadoras de Jesús: «Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo» (Mt 28, 19-20).
(CdM – RV)
Palabras del Papa en español:
Queridos hermanos y hermanas:
En la catequesis de hoy, continúo la reflexión sobre el bautismo. Me detengo en este aspecto: el bautismo nos hace miembros de Cristo y de la comunidad. El Concilio Vaticano II expresaba esta verdad insistiendo en que este sacramento nos incorpora al Pueblo de Dios; nos hace miembros de un Pueblo que camina.A través de la fuente bautismal, la gracia se transmite y el Pueblo de Dios camina en el tiempo, difundiendo la bendición de Dios. Cada uno de nosotros se convierte en un discípulo misionero. Por un lado, nunca dejamos de ser discípulos, de aprender, de recibir; por otro, estamos llamados a la misión, a compartir lo que hemos recibido, lo que vivimos: la experiencia de amor, de fe en la Trinidad. Nadie se salva por sí solo, y todos estamos llamados, a pesar de nuestras limitaciones, a anunciar a los demás la gracia recibida en el bautismo. Somos una comunidad, y vivir juntos nuestra fe no es un adorno, sino algo esencial de la vida cristiana, del testimonio y de la evangelización.
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Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los Padres Agustinos Recoletos y a las Religiosas de María Inmaculada, así como a los demás grupos venidos de España, Argentina, Uruguay, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a tomar en serio su bautismo, siendo discípulos y misioneros del Evangelio, de palabra y con el propio ejemplo. Que Jesús os bendiga y la Virgen Santa os cuide. Muchas gracias.