Lecturas del lunes, segunda semana del tiempo ordinario, ciclo A

Pastoral: 
Litúrgica
Date: 
Lun, 2014-01-20

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del primer libro de Samuel 15, 16-23

En aquellos días, Samuel dijo a Saúl: "Déjame que te cuente lo que el Señor me ha dicho esta noche". Contestó Saúl: "Dímelo". Samuel dijo: "Aunque te creías pequeño, eres la cabeza de las tribus de Israel, porque el Señor te ha nombrado rey de Israel. El Señor te envió a esta campaña con orden de exterminar a esos pecadores amalecitas, combatiendo hasta acabar con ellos. ¿Por qué no has obedecido al Señor? ¿Por qué has echado mano a los despojos, haciendo lo que el Señor reprueba?" Saúl replicó: "¡Pero si he obedecido al Señor! He hecho la campaña a la que me envió, he traído a Agag, rey de Amalec, y he exterminado a los amalecitas. Si la tropa tomó del botín ovejas y vacas, lo mejor de lo destinado al exterminio, lo hizo para ofrecérselas en sacrificio al Señor tu Dios en Guilgal".
Samuel contestó: "¿Quiere el Señor sacrificios y holocaustos o quiere que obedezcan al Señor? Obedecer vale más que un sacrificio; ser dócil, más que grasa de carneros. Pecado de adivinos es la rebeldía, crimen de idolatría es la obstinación. Por haber rechazado al Señor, el Señor te rechaza hoy como rey"

Salmo Responsorial 49,8-9.16bc-17.21.23: "Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios."

No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí.
Pero no aceptaré un becerro de tu casa,
ni un cabrito de tus rebaños. R/.

¿Por qué recitas mis preceptos
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos? R/.

Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara.
El que me ofrece acción de gracias, ése me honra;
al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. R/.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 2, 18-22

En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: "Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?" Jesús les contestó: "¿Es que pueden ayunar los amigos del novio mientras está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán".
Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado, porque la pieza tira del manto -lo nuevo de lo viejo- y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos".

II. Compartimos la Palabra

Obedecer vale más que un sacrificio

El reinado de Saúl no tiene un final aseado, y nuestro texto así lo acredita, quizá preparando el terreno para el esplendor de David, el sucesor. Ante el profeta el rey se justifica con sus múltiples y exitosas campañas bélicas, con el botín logrado y con su exhibición de poder al exterminar a pueblos idólatras, en tanto que Yahvé sólo espera de él fidelidad y obediencia, respeto y confianza; el profeta hace ver al rey que prefiere verlo orientado hacia el verdadero protector de su pueblo, Yahvé, que multiplicando ofrendas y holocaustos que poco o nada le dicen de la calidad cordial del rey y del pueblo. Y sea cual fuere el devenir de los dirigentes del pueblo de Israel, lo que el profeta pone de relieve es que es el Señor quien dirige y ama a su pueblo.

A vino nuevo, odres nuevos

El ayuno era una práctica religiosa que gozaba de alto aprecio entre los grupos religiosos del tiempo de Jesús; con objetivo penitencial, arrastra consigo un perfil de tristeza para significar la mortificación que aplaca a Dios. El icono matrimonial es un contraste intencionado que no dice que el Maestro rechazara el ayuno, sino que le interesa más resaltar el compromiso fiel de Dios con su pueblo, hecho de sobrada alegría para sus seguidores. Cuando el novio está presente (experiencia creyente de amor y perdón que excluyen por sí mismo la tristeza), y cuando se lleven al novio (ocasión para el ayuno si lo vemos orientado a la cruz, disposición de los discípulos a morir por Jesús y el reino de Dios, si fuera necesario): dos momentos de claro fondo mesiánico que advierten a la comunidad de la ausencia física de Jesús cuando ésta se produzca. El proyecto de Dios Padre que predica Jesús se advierte con nitidez: un pedazo de tela nueva en un vestido viejo lo rompe, así como el odre viejo no puede guardar la expansión del vino nuevo. Los odres viejos del ayuno no se compadecen con el vino nuevo de la gratuidad del amor de Dios y de salvación generosamente ofrecida a todos los hijos de Dios. La añeja religión judía no sabe qué hacer con la oferta del evangelio de Jesús. Y bueno es constatarlo; pero también no mirar a otro lado y no advertir que algunas instituciones eclesiales pueden adolecer de incapacidad para acoger el vino nuevo de la vida misericorde, del perdón celebrado, de la comunidad reunida en el nombre del Señor y cuya fuerza estriba en su Espíritu.

Fr. Jesús Duque O.P.
Convento de San Jacinto (Sevilla)