2014-01-19 Radio Vaticana
(RV).- ¿Qué cosa significa para la Iglesia, para nosotros, hoy, ser discípulos de Jesús Cordero de Dios? Significa poner en el lugar de la malicia la inocencia, en el lugar de la fuerza el amor, en el lugar de la soberbia la humildad, en el lugar del prestigio el servicio, lo precisó el Papa Francisco este mediodía durante el rezo del Ángelus, ante los miles de fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. El Obispo de Roma recordó que con la fiesta del Bautismo del Señor del pasado domingo, hemos entrado en el tiempo litúrgico ordinario. En este segundo domingo, el Evangelio nos presenta la escena del encuentro entre Jesús y Juan el Bautista. El Bautista- dijo el Papa- ve a Jesús que avanza entre la multitud y reconoce en Él al enviado de Dios, "por esto lo indica con estas palabras: '¡Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!' (Jn 1,29)". El Pontífice resaltó que Jesús ha venido al mundo con una misión precisa: liberarlo de la esclavitud del pecado, cargándose las culpas de la humanidad. ¿De qué manera? Amando. "No hay otro modo de vencer el mal y el pecado que con el amor que empuja al don de la propia vida por los demás", subrayó.
Alocución y saludos del Papa tras el rezo mariano del Ángelus
Después del rezo del Ángelus, el Santo Padre saludó a los fieles presentes en la plaza de san Pedro y recordó que "hoy celebramos la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, con el tema 'Los migrantes y los refugiados: hacia un mundo mejor'", tema que el Pontífice desarrolló ya en un mensaje publicado anteriormente.
“Dirijo un saludo especial a los representantes de las diversas comunidades étnicas aquí reunidas, en particular a las comunidades católicas en Roma. Queridos amigos, ustedes están cerca del corazón de la Iglesia, porque la Iglesia es un pueblo en camino hacia el Reino de Dios, que Jesucristo trajo en medio de nosotros. ¡No pierdan la esperanza de un mundo mejor! Les deseo que vivan en paz en los países que les acogen, custodiando los valores de sus culturas de origen.
Quisiera agradecer a los que trabajan con los migrantes, acogiéndolos, acompañándoles en sus momentos difíciles, defendiéndolos de aquellos que el beato Scalabrini definía: ¡“mercaderes de carne humana”! que quieren esclavizar a los migrantes.
De manera particular quiero agradecer a la Congregación de los misioneros de san Carlo, a los padres y religiosas scalabrinianos, que tanto bien hacen a la Iglesia y se “hacen migrantes entre los migrantes”.
En este momento pensemos en los muchos migrantes: ¡tantos migrantes y refugiados, en sus sufrimientos, en su vida a menudo sin trabajo, sin documentos…tanto dolor! Recemos todos juntos por los migrantes y refugiados que viven situaciones muy graves y difíciles".
Francisco, finalmente, saludó con afecto a todos los queridos fieles de diferentes parroquias de Italia y de otros países, así como a las asociaciones y grupos diversos llegados a Roma para ver y oír al Papa. En particular, saludó a los peregrinos españoles de Pontevedra, La Coruña , Murcia y estudiantes de Badajoz. A los ex alumnos de la Obra de Don Orione, a la Asociación de Laicos Amor Misericordioso y a la Coral "San Francisco" de Montelupone. Les deseo a todos un buen domingo y un buen almuerzo. ¡Hasta la próxima!
(ER RV)