Vivir solamente con lo necesario para tener un vida digna

de Enrique Díaz Díaz
Obispo Auxiliar de San Cristóbal de las Casas

Santos Pablo Miki y compañeros mártires

1 Reyes 2,1-4.10-12: “Yo ya me voy por el camino de todos los mortales. Ten valor, Salomón, y sé todo un hombre”, 1Cr 29: “Bendito seas, Señor, Dios nuestro”, San Marcos 6,7-13: “Envío a los discípulos de dos en dos”

Las palabras del Papa Francisco cuestionando la forma de vivir de sacerdotes, obispos y muchos cristianos, han causado escándalo en más de uno, pues propone: vivir solamente con lo necesario para tener un vida digna y llevar el Evangelio de una manera coherente con la pobreza que propone Jesús. Éste es uno de los temas más importantes que nos narran los evangelistas, y hoy se nos presenta en el envío de los discípulos que los convierte en misioneros y portadores de la Buena Nueva.

San Marcos nos recuerda las normas y las indicaciones que Jesús da a quienes serán sus enviados. Los enviados no llevarán consigo más que lo indispensable y contarán con la generosidad de aquellos que reciban el mensaje. Se les capacita y se les autoriza para que usen el mismo poder de Jesús. Nos parecería a nosotros que les pide que no lleven nada pero es la reducción de la vida a lo esencial, apoyada en una absoluta confianza en el Señor, principal condición para estar al servicio de la Palabra. Quizás estas palabras nos cuestionen a nosotros, no solamente a los sacerdotes y religiosas, sino también a toda persona. ¿Qué necesito realmente para hacer el camino de la vida? De repente los medios de comunicación nos han atiborrado de necesidades superfluas que nos causa tristeza no tenerlas, y olvidamos lo esencial que debería haber en nuestras vidas, en nuestras familias y en la sociedad.

Recordar cómo envía Jesús a sus discípulos nos debe llevar también a nosotros a precisar cuáles son nuestras prioridades y qué vamos cargando por el camino. El final del pequeño pasaje nos muestra a los discípulos predicando el arrepentimiento, expulsando demonios, ungiendo y curando a los enfermos. La vida en su sencillez pero también en su plenitud. La tarea del discípulo que confía en el Señor. Parecería que los discípulos no llevan nada y sin embargo son capaces de compadecerse de los enfermos y de expulsar a los demonios.

Si queremos dar testimonio de Jesús en nuestros días tendremos que regresar a la sencillez, generosidad y entrega de los primeros enviados. ¿Cómo vivo yo y cómo transmito hoy el mensaje de Jesús en un mundo que se ha olvidado de Él?

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