Lecturas del miércoles, quinta semana del tiempo ordinario, ciclo A

Pastoral: 
Litúrgica
Date: 
Mié, 2014-02-12

I. Contemplamos la Palabra

Lectura del primer libro de los Reyes 10,1-10

En aquellos días, la reina de Sabá oyó la fama de Salomón y fue a desafiarle con enigmas. Llegó a Jerusalén con una gran caravana de camellos cargados de perfumes y oro en gran cantidad y piedras preciosas. Entró en el palacio de Salomón y le propuso todo lo que pensaba. Salomón resolvió todas sus consultas; no hubo una cuestión tan oscura que el rey no pudiera resolver.
Cuando la reina de Sabá vio la sabiduría de Salomón, la casa que había construido, los manjares de su mesa, toda la corte sentada a la mesa, los camareros con sus uniformes sirviendo, las bebidas, los holocaustos que ofrecía en el templo del Señor, se quedó asombrada y dijo al rey: «¡Es verdad lo que me contaron en mi país de ti y tu sabiduría! Yo no quería creerlo; pero ahora que he venido y lo veo con mis propios ojos, resulta que no me habían dicho ni la mitad. En sabiduría y riquezas superas todo lo que yo había oído. ¡Dichosa tu gente, dichosos los cortesanos que están siempre en tu presencia, aprendiendo de tu sabiduría! ¡Bendito sea el Señor, tu Dios, que, por el amor eterno que tiene a Israel, te ha elegido para colocarte en el trono de Israel y te ha nombrado rey para que gobiernes con justicia!»
La reina regaló al rey cuatro mil quilos de oro, gran cantidad de perfumes y piedras preciosas; nunca llegaron tantos perfumes como los que la reina de Saba regaló al rey Salomón.

Sal 36,5-6.30-31.39-40 R/. La boca del justo expone la sabiduría

Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho, como el mediodía. R/.

La boca del justo expone la sabiduría,
su lengua explica el derecho:
porque lleva en el corazón la ley de su Dios,
y sus pasos no vacilan. R/.

El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra,
los libra de los malvados y los salva,
porque se acogen a él. R/.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 7,14-23

En aquel tiempo, llamó Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. El que tenga oídos para oír, que oiga.»
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola. Él les dijo: «¿Tan torpes sois también vosotros? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, y se echa en la letrina.»
Con esto declaraba puros todos los alimentos. Y siguió: «Lo que sale de dentro, eso sí mancha al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro.»

II. Compartimos la Palabra

La Reina de Saba vio la sabiduría de Salomón.

La fama y el prestigio adquiridos por el Rey Salomón quedan subrayadas en 1Reyes 10,1-10. a través este episodio en que la reina de Saba viaja hasta Jerusalén para conocerlo y “ponerlo a prueba con enigmas”. Parece ser que en el antiguo Egipto el proponer enigmas e intentar solucionarlos era una práctica habitual entre los reyes. El relato describe con detalle la llegada de la reina y el lujo que le acompaña, ayudando a resaltar más todavía la importancia que el rey había llegado a tener en los países del entorno. ¿Por qué esta fama? Por la sabiduría que poseía, una sabiduría que se manifiesta en el texto en la capacidad que tiene para resolver todos los enigmas planteados por la reina y en la riqueza que había alcanzado. La clave del texto no la encontramos, sin embargo, en estos primeros versículos, sino después, en las palabras que la reina dirige al rey: “¡Bendito el Señor, tu Dios, que ha tenido a bien sentarte en el trono de Israel! Por su amor eterno a Israel, te ha constituido su rey, para administrar el derecho y la justicia!

- Es Dios quien ha elegido a Salomón como rey por amor a su pueblo (no porque Salomón fuera estupendo).

- Y le ha elegido para reinar con justicia.

Salomón, por tanto, puede sentirse contento, pero no por ser tan sabio, sino porque Dios ama con amor eterno a su pueblo y quiere para él una vida en la justicia. Su sabiduría, en definitiva, es el don que Dios le hace para que pueda ponerlo al servicio de su pueblo, Israel.

¡De qué forma tan diferente se pueden vivir las tareas, las responsabilidades! Como ocasión de autocomplacencia y de enaltecimiento personal o como oportunidad para caminar humildemente con nuestro Dios hacia el encuentro fraterno con los otros; como dominio o como servicio; como directores de orquesta queriendo llevar siempre la batuta o como violines que disfrutan de la armonía del conjunto; con los ojos puestos en el propio ombligo o con el corazón cogido por las alegrías y las tristezas de nuestra gente. ¿Cómo vivimos cada uno de nosotros las nuestras?

Lo que sale de dentro es lo que hace al hombre impuro.

Nos encontramos al comienzo del Evangelio de hoy con una sentencia de Jesús dirigida a la gente: “Escuchad y entended todos: Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre.”

El contexto de esta sentencia lo podemos encontrar en Marcos 7, 1-13: Los fariseos y algunos maestros de la ley critican a los discípulos de Jesús por comer con manos impuras, es decir, sin lavárselas.

Jesús aprovecha esta situación no sólo para enfrentarse a los fariseos sino también para instruir a sus discípulos. No perdamos de vista que lo central para Jesús es el anuncio de la buena notica del Reino. La llamada que hace a la conversión es una invitación a abrirse a la acogida del Reino que llega como don al ser humano. Abrirse a este don: en esto consiste la salvación.

Para los fariseos, la salvación es fruto del cumplimiento de la ley y ello implicaba el complimiento de toda una serie de prescripciones y normas externas. Es frente a esta idea de salvación que Jesús se revela: Lo externo, dirá Jesús no puede manchar al hombre, no puede contaminarlo; tampoco le hace mejor ni más feliz. Las normas pueden cumplirse y sin embargo el corazón estar lejos de Dios. Porque el corazón, lo de “dentro” es el centro de la persona, de donde surge el querer, la voluntad, las decisiones. Frente a la ley externa Jesús orienta al ser humano hacia el interior que es de donde surge la apertura a Dios; la verdadera “pureza” no es tanto la de las obras, sino la que brota de un corazón que se ha dejado hacer por Dios. Sabemos por experiencia que podemos llevar una vida “externa” aparentemente impecable, y por dentro ser enormemente desgraciados. Porque hay heridas que sanar, porque no escuchamos nuestras emociones, nuestros deseos, porque a veces no vivimos desde nosotros sino desde lo que otros esperan y desean. Por eso necesitamos cultivar lo de dentro, la interioridad. Necesitamos escuchar y acoger la voz de Dios que nos habla al corazón, que nos dice que somos sus hijos e hijas. Esa es la voz que nos sana y que nos permite vivir en libertad y en autenticidad. Esa es la voz que nos salva.

Vivimos en una época en que somos más que nunca conscientes de la importancia de vivir en clave de crecimiento personal como evangelización de lo profundo de nuestro corazón; que en ello nos jugamos la vida, nos jugamos el vivir en verdad, en libertad, en plenitud. No sé si siempre nos lo tomamos suficientemente en serio, aunque desde luego, recursos hoy no nos faltan. Que la palabra de este día nos ayude, una vez más, a responsabilizarnos del don que hemos recibido, a cuidarlo y a cultivarlo; y a saber descubrirlo y alentarlo en aquellas personas a las que acompañamos, y con las que vivimos, más que perder el tiempo y las energías en juzgar lo que hacemos o dejamos de hacer o hacen o dejan de hacer los otros. Y es que algún “ramalazo” de fariseísmo ya tenemos todos.

Hna. María Ferrández Palencia, OP
Congregación Romana de Santo Domingo