Jóvenes: escuchen la voz de Dios que los llama a su servicio

de Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey

COMUNICADO DE PRENSA

16 de febrero de 2014

“Jóvenes: escuchen la voz de Dios que los llama a su servicio”

Durante esta semana, hemos estado orando por el incremento de las vocaciones sacerdotales en nuestra Arquidiócesis. Agradezco infinitamente a los fieles y sacerdotes de todas las parroquias, así como a los hermanos y hermanas consagrados, el que hayan dedicado un momento especial en sus plegarias para pedir a Dios por todos aquellos que se forman en nuestro Seminario y por quienes viven su etapa de discernimiento en el proceso vocacional, así como por todos los que ya vivimos el Sacerdocio de Cristo.

Este día, en el que celebramos a nuestro Seminario de Monterrey, deseo hacer un llamado particular a todos los jóvenes de nuestra Iglesia para que dispongan generosamente su corazón y escuchen la voz de Dios en su interior. Les invito a no sacarle la vuelta a esa inquietud que se gesta en su alma y que les mueve a querer servir al prójimo.

En muchas ocasiones, el exceso de actividades en las que involucran su vida, les impide hacer un alto y meditar en cuál es el camino correcto, cuál es la forma en la que puedo realizar con alegría mi vida, haciendo que los demás también sean felices.

Para auxiliarles en este proceso, tenemos el Centro Vocacional, en el que sacerdotes, seminaristas, religiosas, sicólogos y todo un equipo competente, les ayudarán, por medio de entrevistas, retiros y talleres, en su proceso de discernimiento vocacional. De esta forma, sea cual fuere el llamado, tendrán la luz que les iluminará en la toma de su decisión y así vivan y sirvan como es debido.

Jóvenes: no tengan miedo de escuchar la voz de Dios y disponerse a servirlo generosamente de tiempo completo. El ministerio sacerdotal es una gran bendición para la Iglesia, y aunque somos conscientes de los anti testimonios que se han presentando, eso no debe impedir que se den la oportunidad de conocer la grandeza de este ministerio que, cuando es vivido en plenitud, los llevará a encontrar la realización en su vida, sirviendo a todos aquellos que anhelan recibir el amor de Dios a través de los sacramentos y de alguien que los atienda y escuche en sus necesidades.

Invito a toda la comunidad para que sigamos en comunión de oraciones para que nuestros jóvenes se den la oportunidad de discernir con valentía su vocación y la vivan con alegría, y así tengamos sacerdotes entregados plenamente al servicio de Dios y de su pueblo, matrimonios comprometidos en la fidelidad y entrega diaria, consagrados realizados en su servicio y, en general, cristianos que busquemos alegremente la santidad en las actividades cotidianas de nuestra vida.

Finalmente, les comparto que: habiendo escuchado las indicaciones de la Secretaría de Salud, retomamos en nuestras celebraciones litúrgicas el saludo de la paz y la recepción de la comunión como tradicionalmente se ha hecho, sin olvidarnos que debemos seguir atentos al cuidado de nuestra salud, tomando las medidas higiénicas necesarias que nos ayudarán a que no se propague enfermedad alguna.

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