I Domingo de Cuaresma, ciclo A

La llevaré al desierto y le hablaré al corazón

Primera lectura: (Génesis, 2,7-9; 3,1-7)

Marco: Todo el conjunto está redactado en forma muy popular que recoge datos fundamen-tales para la fe de Israel, para la fe de la Iglesia y para la comprensión del hombre y de la humanidad. En la celebración judía pascual recordaban cuatro acontecimientos: creación, llamada de Abrahán y sacrificio de Isaac, liberación de la esclavitud de Egipto y esperanza escatológica.

Por eso esta lectura cuadra muy bien al comienzo de la Cuaresma camino hacia la Pascua.

Reflexión

¡Dios modela al hombre como modela la arcilla un alfarero y soplando en su nariz lo convirtió en un ser vivo!

Un relato de estilo popular pero que encierra un mensaje fundamental: dar explicación de la existencia del hombre y su tarea en el mundo como ser vivo. El relato nos invita a centrar la atención en algunas realidades de singular interés: Dios, como un alfarero, modela al hombre de la arcilla como se modelan las ánforas, las estatuillas o amuletos y utensilios de barro. A diferencia del relato más teológico de Gn 1 (tradición sacerdotal) en que se recuerda que el hombre ha sido "creado" por la Palabra a imagen y semejanza de Dios (es decir, libre, capaz de amar y en comunión con Dios y entre los seres creados y destinados a ser felices), en este relato la visión es más antropomórfica (modo característico de entender y presentar a Dios el teólogo-autor que llamamos yavista). Es el resultado de una acción delicadamente realizada por Dios: lo modela con sumo cuidado y cariño.

El Señor Dios sopló en su nariz un aliento de vida y el hombre se convirtió en ser vivo. Dios sopla en su nariz y se convierte en un ser vivo. Este teólogo sabe que con el término “espíritu” indica a la vez viento atmosférico, respiración de los seres vivos y el Espíritu de Dios. Eso lo ha observado por la experiencia. El hombre llega a la vida porque recibe el don (Espíritu) de Dios que sopla en sus narices (de donde procede habitualmente la respiración) y lo expresa con estilo simple y directo. El hombre ha recibido la vida como gracia. El Espíritu queda siempre más allá del alcance del poder del hombre. El verbo "soplar", que utiliza para expresar la acción del Espíritu en el hombre, se encuentra sólo otras dos veces en la Biblia: en Ez 37 (la visión de los huesos secos que reviven por el soplo del Espíritu) y en Jn 20,21ss (el momento de la aparición del Resucitado que derrama soble esllos el Espíritu y los envía al mundo y de). La primera creación, la promesa de la nueva creación a partir de la liberación del exilio de Babilonia y la nueva creación realizada por Cristo son obra del Espíritu Creador. ¡Dios crea al hombre para la vida y para la felicidad! Dios colocó al hombre en el jardín que es la dramatización de algunas verdades fundamentales: significa el bienestar por excelencia, es símbolo de la felicidad, es imagen plástica de la comunión misteriosa del hombre con Dios. Colaborar en la creación con su Creador es un don, es una oportunidad de realización del hombre como obra del amor de Dios y la acción del Espíritu. En el medio el jardín está el árbol de la ciencia del bien y del mal. Expresión plástica de una realidad teológica también: sólo Dios es el soberano, Él se reserva la autoridad de decidir y determinar el bien y el mal. El hombre ya ha recibido con el don del Espíritu creador la capacidad de ser libre en sus decisiones. Puede elegir el bien o el mal. ¡Pero el hombre se atrevió a querer ser como Dios! Pero la realiodad humana ha sido dolorosa y lo sigue siendo: injusticias, desprecios de las personas humana, guerras y muerte violentas, etc. Esta reflexión la realizaba un creyente en Dios, el Dios Bueno y Amor, conocedor de que el hombre ha salido de sus manos (es aconsejable leer este texto despacio: Sb 2,23-24).

Segunda lectura: (Romanos 5,12-19).

Marco: es un fragmento de la segunda parte de la carta a los Romanos (5,1-8,39): la nueva vida en el Espíritu.

Reflexión

¡El reencuentro amoroso con Dios como fruto de la fe en Jesús!

Pablo procede a ilustrar el modo de la justificación por la fe, es decir, los efectos que produce en nosotros: ante todo, la paz con Dios (5,1-11) y la esperanza de la gloria de Dios por la cual seremos glorificados. En segundo lugar, la vida (5,12-21). Es una reproducción muy esquemática del contenido de 5,12-21. En efecto, en 5,12 el apóstol no pasa simplemente de un modo al otro de representar la salvación de los justificados, sino que una vez más asume el discurso desde la raíz. ¡Gratuidad y universalidad de la obra de Cristo! En Jesucristo, Dios ha reafirmado "su" justicia y por lo mismo "su verdad" en medio de toda la injusticia del mundo, dada gratuitamente a quien, en la fe, se abre dócil y responsablemente a ella. Mediante esta acción el segundo Adán no sólo contrabalancea el pecado, sino que concede a la humanidad un acceso de gracia para la vida eterna. Con el aconteci-miento de Jesús, Dios ha realizado una nueva e incomparable creación del mundo y del hombre. Por eso, esta lectura conecta profundamente con la primera. Es la respuesta cristológica y soteriológica que el Espíritu ofrece a la humanidad. ¡Cristo, contrapunto de Adán! Esta palabra sigue siendo vigente hoy como ayer. Los discípulos de Cristo en medio del mundo son llamados a hacer visible para todos nuestros hermanos los hombres.

Evangelio: (Mateo 4,1-11).

Marco: En una visión apocalíptica, se nos brinda la oportunidad de comprender en ella la llamada de Jesús a su misión y tarea de Siervo de Yahvé y Mesías con el don del Espíritu que desciende sobre él. A continuación, Jesús se retira al desierto y es tentado.

Reflexión

¿Por qué y cuándo fue tentado Jesús?

El relato de las tentaciones es una catequesis muy pensada en la que se quiere reflejar cómo Jesús asume solidariamente los dos grandes momentos de la etapa anterior: la historia de la humanidad que allá en el paraíso sucumbe a la tentación, es decir, no quiere aceptar los límites que le corresponde como criatura y la gran peregrinación del pueblo de Dios por el desierto durante cuarenta años. Jesús se solidariza con los protagonistas de ambos acontecimientos, pero desde su singularidad para darles respuesta adecuada y coherente. Esta presentación catequética, hay que desdoblarla y situarla en la vida histórica de Jesús, si se quiere comprender el auténtico mensaje. Quiero decir, que siguiendo tanto el relato sinóptico como el joánico de la misión de Jesús, comprobamos que Jesús fue tentado durante todo su ministerio, para inducirlo al rechazo de la misión que el Padre le ha encomendado y que Jesús aceptó: la salvación a través del verdadero mesianismo y de la tarea Siervo de Yahvé que asume la responsabilidad humana. Esta tarea es escandalosa para los judíos y choca con la concepción en boga en tiempos de Jesús. ¡Fue tentado como nosotros en todo, pero no pecó! ¿Pan o Palabra de Dios? El pan, remite al milagro del maná en el desierto. Jesús vence la tentación retirándose a la montaña y revelando a las gentes el sentido del pan (Jn 6,26ss). ¿Ostentación o silenciosa eficacia salvadora? La segunda tentación es la oferta de un modo distinto de llevar adelante el plan de Dios que el que Jesús se ha atrevido a adoptar. El pueblo judío tiene otras expectativas: la liberación social "manifestándose" como un gran líder que conduzca al pueblo a su liberación. Esta dialéctica de manifestación ostentosa y de ocultamiento salvador es la tentación segunda. La victoria sobre esta tentación se ilumina plenamente en la cruz liberadora de la ley, del pecado y de la muerte, pero que provoca un profundo escándalo. ¿Poder temporal o salvación total y universal? La tercera tentación hay que entenderla en un pueblo sometido duramente por los romanos (roban, violan, extorsionan sin escrúpulo) que necesita una liberación tangible que ha de realizar el Mesías. Y quieren hacerle rey, le ofrecen el liderazgo político-militar. El poder de Dios se manifiesta de otra manera y Jesús quiere encarnar y realizar ese plan (Sb 11,23). En esta realidad de la historia concreta de Jesús las tentaciones recobran toda su viveza. Durante su ministerio tuvo que enfrentarse constantemente con gentes que "le tentaban", le "ponían" a prueba insistentemente hasta la cruz como recuerda Lucas: "le dejó hasta otra ocasión".

Fr. Gerardo Sánchez Mielgo
Convento de Santo Domingo. Torrent (Valencia)