2014-03-22 Radio Vaticana
(RV).- «Por favor cambien de vida» «se lo pido de rodillas», no se podrán llevar a la otra vida el poder y el dinero ensangrentados, también con la sangre de tantos niños, que en todo el mundo se derrote la inequidad y la corrupción, fue el ruego firme y profundo, del corazón del Papa Francisco, en la vigilia de oración con los familiares de las víctimas inocentes de las mafias, en la víspera de la Jornada de la memoria y del compromiso, organizada por la asociación Libera, del sacerdote italiano Don Ciotti.
Después de haber escuchado en silencio orante los 842 nombres – entre ellos más de 80 niños – asesinados sin piedad por los criminales mafiosos, y del Evangelio de las Bienaventuranzas, el Papa Bergoglio pronunció una reflexión. Con su gratitud por este encuentro, reiteró su cercanía y solidaridad a cuantos han perdido a un ser querido, víctima de la violencia mafiosa. Destacó también con gratitud su testimonio de no quedar encerrados, saliendo a contar su dolor y esperanza, tan importante para los jóvenes.
Rezando con todos ellos y recordando el reciente asesinato de un niño, el Obispo de Roma, pidió oraciones también para no caer en el desaliento y perseverar en la lucha para que prevalezca el bien. Escuchemos las intensas palabras del Santo Padre:
(CdM - RV)
Reflexión del Papa en la vigilia de oración por las víctimas de las mafias:
Queridos hermanos y hermanas,
gracias por haber hecho este alto en Roma, que me da la posibilidad de encontrarlos, antes de la vigilia y de la “Jornada de la memoria y del compromiso” que vivirán esta noche y mañana en Latina. Agradezco a Don Luigi Ciotti y a sus colaboradores, y también a los Padres Franciscanos de esta parroquia. Saludo además al obispo de Latina, Mons. Crociata, aquí presente. Gracias, excelencia.
El deseo que tengo es el de compartir con ustedes una esperanza, y es ésta: que lentamente el sentido de responsabilidad venza sobre la corrupción, en todas partes del mundo… Y esto debe partir desde dentro, de las consciencias, y de allí resanar, resanar los comportamientos, las relaciones, las elecciones, el tejido social, de tal forma que la justicia gane espacio, crezca, se radique, y tome el lugar de la iniquidad. Sé que sienten fuertemente esta esperanza, y deseo compartirla con ustedes, decirles que les estaré cerca también esta noche y mañana, en Latina – si bien no podré ir físicamente, estaré con ustedes en este camino, que requiere tenacidad, perseverancia.
En particular, deseo expresar mi solidaridad a cuantos entre ustedes han perdido a una persona querida, víctima de la violencia mafiosa. Gracias por su testimonio, porque no se han cerrado, sino que se han abierto, han salido, para contar su historia de dolor y de esperanza. Esto es tan importante, especialmente para los ¡jóvenes!
Quisiera rezar con ustedes – y lo hago de corazón – por todas las víctimas de las mafias. También hace pocos días, cerca de Taranto, se ha perpetrado un delito que no ha tenido piedad ni siquiera por un niño. Pero al mismo tiempo recemos juntos, todos, para pedir la fuerza de ir adelante, de no desalentarnos, sino de continuar a luchar contra la corrupción.
Y siento que no puedo terminar sin decir una palabra a los grandes ausentes, hoy, a los protagonistas ausentes: a los hombres y a las mujeres mafiosas. ¡Por favor, cambien de vida, conviértanse, dejen de hacer el mal! Y nosotros rezamos por ustedes: conviértanse. Lo pido de rodillas. Es por su bien. Esta vida que ahora viven, no les dará placer, no les dará alegría, no les dará felicidad. El poder, el dinero que ahora poseen de tantos negocios sucios, de tantos crímenes mafiosos, es dinero ensangrentado, es poder ensangrentado, y no podrán llevarlo a la otra vida. Conviértanse: aún es tiempo para no terminar en el infierno. Es lo que les espera si continúan por este camino. Ustedes han tenido un papá y una mamá: piensen en ellos. Lloren un poco y conviértanse.
Recemos juntos a nuestra Madre María para que nos ayude: Ave María…
(traducción del italiano: RC - RV)