¡La Iglesia y las personas de buena voluntad gritan basta con la trata de personas! Reitera el Papa

2014-04-10 Radio Vaticana
(RV).- Aunar esfuerzos, contra la trata de personas, crimen contra la humanidad y llaga en el cuerpo de Cristo y reiterar la importancia de luchar contra el tráfico de seres humanos. El Papa Francisco saludó y alentó a los cerca de 120 participantes en la II Conferencia celebrada en el Vaticano sobre «La Lucha contra la trata de personas; la Iglesia y la aplicación de la ley en la sociedad». Y lo hizo en el Aula Magna de la Pontificia Academia de las Ciencias y de las Ciencias Sociales - cuyo Canciller es Mons. Marcelo Sánchez Sorondo - en la Casina Pío IV, en los jardines vaticanos, sede de esta Conferencia, promovida por la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Galles, encabezada por el Card. Nichols. En sus palabras de gratitud y aliento, el Obispo de Roma renovó su profundo dolor ante la persistencia de la trata de personas en el mundo, exhortando a perseverar en la atención a las víctimas, afianzados en el Evangelio. Y a aunar los esfuerzos y misión de las fuerzas del orden público y de los agentes humanitarios para acabar con este crimen contra la humanidad:

«Es un encuentro importante, pero también es un gesto de la Iglesia, un gesto de las personas de buena voluntad, que quieren gritar ¡basta!

La trata de personas es una herida abierta en el cuerpo de la sociedad contemporánea, una llaga en el cuerpo de Cristo. Es un crimen contra la humanidad. El mismo hecho de que estemos aquí, para aunar nuestros esfuerzos, significa que queremos que nuestras estrategias y nuestras áreas de experiencia estén acompañadas y reforzadas por la misericordia del Evangelio y por la cercanía a los hombres y a las mujeres que son víctimas de este crimen.

Nuestra reunión de hoy incluye a las autoridades del orden público, responsables de la lucha contra esta trágica realidad, por medio de una aplicación firme de la ley. También incluye a los agentes humanitarios y sociales, cuya misión es la de proporcionar acogida a las víctimas, calidez humana y la posibilidad de rescatar sus vidas. Éstos son dos enfoques diferentes, pero pueden y deben ir de la mano. El diálogo y el intercambio de opiniones, sobre la base de estos dos enfoques complementarios, es muy importante. Por este motivo las conferencias como ésta son extremadamente útiles y, yo diría, más aún necesarias.

Creo que una señal importante de esto es el hecho de que, un año después del primer encuentro, se han querido reunido nuevamente, llegando de tantas partes del mundo, con el fin de avanzar en sus esfuerzos comunes. Les doy las gracias por su colaboración y ruego al Señor que los ayude y a la Virgen Santa que los ampare. ¡Gracias!»
(CdM - RV)