¡Cuánta falta nos hace la fe!

11 Junio (AUDIO)

San Bernabé, Apóstol

Hechos de los Apóstoles 11, 21-26; 13, 1-3: “Era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe”
Salmo 97: “El Señor ha revelado a las naciones su justicia”
San Mateo 5, 17-19: “No he venido a abolir la ley, sino a darle plenitud”

¿Conoces tú personas buenas? ¿En qué te fijas para decir que una persona es realmente buena? Este día que festejamos a San Bernabé, Apóstol, me quedo sorprendido por la descripción que de él hace el libro de los hechos de los Apóstoles: “Era un hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe”. Entre nosotros también hay personas “buenas”, en el buen sentido de la palabra: que viven con honestidad, que se preocupan de los demás, que son rectos y que poseen una especial sensibilidad frente a las necesidades de los demás. “Ser bueno” a veces se ha tomado como sinónimo de cierta indiferencia y apatía, o ser blando. Pero no es el sentido de la verdadera bondad ni de la verdadera santidad. Si recorremos el camino de Bernabé nos daremos cuenta de que él vive a plenitud el Evangelio, se arriesga por nuevos caminos para llevar la Buena Nueva y afronta los retos y dificultades. Quizás tendríamos que resaltar las otras dos cualidades que lo describen como lleno del Espíritu Santo y de fe.

Estar lleno del Espíritu es poseer un dinamismo interior que nos lanza en búsqueda del bien, de lo justo, de lo bello. Estar lleno del Espíritu Santo nos pone en sintonía con Dios Padre que nos ama y nos sumergimos en su amor. Estar lleno del Espíritu Santo es también estar en armonía con la gran obra de la creación que el Señor nos ha regalado. Es descubrir la bondad de Dios en todas las cosas y maravillarse de cuánto nos ama. Es percibir ese amor y hacernos corresponsables en el cuidado de la naturaleza. Pero además, se nos dice que Bernabé estaba lleno de fe. ¡Cuánta falta nos hace la fe! Es cierto decimos “yo creo”, pero es un “creo”, sin firmeza, sin seguridad y sin compromiso. La fe es mucho más: es reconocer que toda nuestra vida está llena del amor de Dios y que vivimos bajo su Providencia. Que estamos en sus manos. Pero la fe no es una obra muerta, sino que se vive en el compromiso, en el riesgo, en la entrega. Fiesta de San Bernabé, fiesta para revisar si somos buenos, si estamos llenos del Espíritu y si somos hombres y mujeres de fe.

Espíritu Santo, lava nuestras inmundicias, fecunda nuestros desiertos y cura nuestras heridas. Doblega nuestra soberbia, calienta nuestra frialdad y endereza nuestras sendas. Ven, Espíritu Santo. Amén