2012-03-15 L’Osservatore Romano
Buenos Aires, 15. El prelado, que también tuvo un encuentro con el presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, añadió, al término de la conversación, que se trata de una decisión que «debilita mucho la defensa de la vida, y ahora el aborto es más fácil». La Corte Suprema, en particular, ratificó la sentencia de un tribunal de la provincia septentrional de Chubut que se refiere al caso de una menor víctima de abusos familiares. El Código penal argentino establece que el aborto no es punible si el embarazo es fruto de un acto cometido contra una mujer afectada por trastornos mentales o en los casos en que corre peligro la vida o la salud de la mujer, pero en el caso específico el tribunal reconoció la legitimidad de la voluntad de abortar incluso en ausencia de trastornos mentales de la menor.
El aborto en el país sigue siendo ilegal, salvo en algunos casos específicos, y a los médicos que no respeten la ley se les puede castigar con la cárcel, pero se observa que la ratificación por parte de la Corte Suprema permite ahora acoger en la jurisprudencia el principio según el cual el aborto causado por abuso es legítimo en cualquier caso.
En la declaración del presidente de la Conferencia episcopal se subraya que «el aborto es la supresión de una vida inocente y no existe ningún motivo o razón que justifique la eliminación de una vida inocente, ni siquiera en el triste y deplorable caso de violencia». El episcopado, además, recuerda el mensaje publicado el pasado mes de agosto por la comisión permanente con ocasión del Año de la vida que se celebró en 2011.
Los obispos reafirman que es absolutamente prioritario proteger a las madres, sobre todo a las que se encuentran en un estado de marginación social o de graves dificultades en el momento del embarazo. La vida, añade el mensaje, «es un don maravilloso de Dios que hace posibles todos los demás bienes humanos». Según los prelados cuando una mujer está encinta no se habla de una sola vida, sino de dos: la de la madre y la del nascituro. «Ambos —se puntualiza— deben ser tutelados y respetados. La biología lo indica de modo sorprendente: se ve a través del dna, con la secuencia del genoma humano, que muestra cómo desde el momento de la concepción hay una nueva vida humana, que por eso debe ser protegida jurídicamente. El derecho a la vida es el derecho humano fundamental».
Los obispos se muestran dispuestos también a «escuchar, seguir y comprender cada situación, asegurando que todas las partes sociales interesadas sean corresponsables en la tutela de la vida tanto para el niño como para la madre, y que se los respete, sin caer en decisiones falsas. El aborto nunca es una solución».
El Presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, ha subrayado que la sentencia «no abre el camino» a la legalización del aborto, sobre la que sólo puede pronunciarse el Parlamento. Por su parte, el ministro de Justicia, Julio Alak, ha declarado que el Gobierno no tiene intención de presentar una ley que legalice el aborto, subrayando que se trata de «una cuestión que requiere un profundo debate». Sin embargo, se explica, tras esa decisión «los médicos ya no tendrán necesidad de la aprobación de los tribunales. Sólo deberán tener una declaración de la víctima o de su abogado, en la que se afirme que el embarazo es resultado de una violencia». Según algunos cálculos en Argentina cada año se practican cerca de 500.000 abortos.