LA PATRIA Y LA LIBERTAD

​Somos herederos de un rico legado histórico nacional, en el que se encuentran motivos de orgullo y humillación; de gozo y sufrimiento; de esperanza y realidad, que vinculados entre sí, por el mismo espíritu, han forjado los anales de la vida nacional. En las primeras horas de la noche del 15 de septiembre se cumple un aniversario más, del momento histórico en el que México, consciente de su mayoría de edad y de su existencia peculiar en el ámbito de los pueblos y convencido de su propia misión con respecto al progreso y cultura de la humanidad, quiso tomar su destino en sus propias manos, quitándolo de las del conquistador. Hoy, unificados por la consciencia de solidaridad nacional y espíritu patriótico, con sencilla pero significativa ceremonia recordamos a los compatriotas que llenos de sentimientos de orgullosa raza, de insólita audacia, de generosa entrega, de iniciativa desbordante, de osadía sin fronteras, se lanzaron a la lucha hasta morir, para que la Patria viviera lo mejor de su historia: LA LIBERTAD. En la vida de los pueblos como en la vida de los hombres, hay un momento, un instante decisivo y trascendental, del que depende un futuro glorioso. Este futuro empezó para México, cuando aquel pequeño grupo de indómitos, bajo la dirección del sacerdote pastor de la Parroquia de Dolores, decidieron romper el humillante y estrecho armazón colonial, que nos imponía moldes que reprimían las aspiraciones del conquistado hacia una vida nacional propia y libre. Gracias a ese pequeño grupo de hombres que supieron amar y comprender la nobleza, la grandeza de la libertad y que por lo mismo no dudaron un momento, poner su vida al servicio de tan noble causa. Con vocación de martirio, son conscientes del final trágico que les espera, pero la LIBERTAD, es el primer valor tanto humano como nacional. Definidos y auténticos en su amor a la Patria, son material disponible hasta su muerte martirial propia de corazones grandes. Con su sacrificio se abrió a la Patria un horizonte de perspectivas infinitas que le dieron nueva y propia vida. Recordamos el inicio de la rebelión noble y honrosa que forjó el umbral de la libertad nacional, de la que ahora disfrutamos por lo menos parcialmente.

​PATRIA Y LIBERTAD; no son dos conceptos abstractos, sino dos realidades concretas. Porque dentro del marco de la Patria, están comprendidas realidades como estas: hogar donde hay unos padres e hijos que al calor del amor matrimonial realizan su existencia. Escuela, taller de ciudadanos donde tienen su origen los destinos de la Patria. Los templos, lugares sagrados donde hay encuentros humano-divinos, en donde los hombres encuentran paz y tranquilidad espiritual. La Bandera símbolo de la Patria cuya historia llena de grandeza es imposible reflejar en unas cuantas líneas. La religión, luz que ilumina el camino del creyente, hacia la casa del Padre. Tónico espiritual que hace el andar seguro, para superar dudas. La Patria también es la historia de nuestros antepasados deslizada a través del tiempo. La Patria somos nosotros con todo lo que incluimos. Luchar por una familia mejor, es trabajar por mejorar la Patria. Fomentar la cultura es engrandecer a México. Aceptar el divorcio es matar el núcleo de la sociedad y acabar con la dignidad de la Patria. Combatir la religión, es ir contra la moralidad nacional. En fin todo lo que se haga en pro o en contra de las realidades que forman la Patria, repercuten en pro o en contra de la misma. Procurar el desarrollo y bienestar patrios es lo mismo que procurar el desarrollo de las realidades que la integran. Impedir o combatir a cualquiera de estas realidades es luchar en contra de México. Es necesario hacer consciencia de estas verdades, para no andar por caminos equivocados y hacer alarde de auténtico patriota, cuando en la realidad no se es más que puro patriotero, escandaloso y demagogo. A lo largo de toda la vida política de nuestra Patria se han reivindicado las prerrogativas de la libertad y de la revolución, sobre obcecaciones y estrecheces de algunas ideologías que obstruyen el avance del progreso. Pero en la realidad, hay ocultas otras mentalidades que quieren escudarse echando el agua ensuciada por ellos mismos a otros. La Bandera que nos legaron los que anduvieron en lo rudo del combate, tiene sus colores: y estos a su vez su significado. Es cuestión de recordarlos: VERDE: Independencia; BLANCO: Religión; Rojo: Unión. El verdadero patriota procura que estos colores no cambien ni se decoloren.

​Dentro de unos días se oirán por todas partes, gritos como este: ¡VIVA MEXICO! ¡VIVA LA LIBERTAD! Nunca, como en estos tiempo, ha resonado con tanta fuerza el grito de la libertad. Cada día, hay un deseo más imperioso de ser libre. Todo hombre está llamado a ser libre. La libertad es la cualidad, específicamente humana y que fundamentalmente más asemeja al hombre con la Divinidad. Renunciar o abdicar de ella, es lo mismo que rebajarse moral y ontológicamente, ya que se desciende de la jerarquía del ser, a la de cosa. Ser libre es el rasgo principal de ser hombre. Sin embargo cuando más se hace alarde de libertad, es cuando menos se tiene. El hombre actual, viviendo en un mundo terriblemente civilizado, está sometido a una serie de formalismos sociales que le esclavizan sin sentirlo. Debemos encontrar el significado exacto y preciso del concepto de libertad del cual muchos piensan que es un valor absoluto de indisciplinado ejercicio, como lo defiende el Liberalismo; “Tengo derecho a hacer lo que quiero”. Esta clase de libertad lleva gérmenes de destrucción y de muerte. Tampoco es aceptable el concepto totalitario de libertad, que destruye la libertad individual en beneficio de la sociedad. El verdadero concepto de libertad, es aquel que nace de la verdad. “La verdad los hará libres”. La verdad es fundamento de la libertad. La verdad, nos enseña el valor justo de las cosas, para no supervalorarlas con un precio que no está garantizado. Solo la verdad nos hará vivir la maravillosa experiencia de libertad. Esta sin la verdad nunca será elemento de progreso. Por eso estamos como estamos, por la escasez de verdad y el poco amor hacia ellas. Amar la verdad es amar la libertad y han pasado tantas cosas en estos días en los que no hay verdad, que por más que nos hablen de libertad, no nos convencen. La verdad no puede cerrar los horizontes de la libertad; ni ésta los de la verdad. La libertad como incluye la verdad, es terriblemente difícil, es un peso extenuante y una carga recia y duro que solamente los auténticos resisten. Hemos perdido la capacidad de comprender lo que es la verdadera libertad, pero ahora que se va a oír voceada por todos los rincones patrios pensemos un poco sobre su constitutivo esencial que es la verdad. Ser libre no es un privilegio, sino un derecho y una obligación de todo ser humano. Procuremos evitar que nos quiten este derecho, las esclavitudes materiales como el exceso de trabajo, de reuniones, de fiestas y demás, que nos hacen andar de prisa y se desvive la persona, pero no vive. También hay que evitar las esclavitudes psicológicas como la tristeza, la soledad, la angustia, el nerviosismo, el fracaso y demás, que son enfermedades psicológicas de actualidad. También hay que evitar las esclavitudes espirituales como: la soberbia, la avaricia, la lujuria, la gula, la envidia, la venganza y demás. Porque toda esclavitud, nos ata y nos quita la libertad; reduciéndonos incluso el nivel de los animales. Así pues ¡Arriba y adelante! Porque fuimos creados para ser libres y el mismo Divino Creador respeta nuestra libertad. Que es un gran desafío y una gran tarea, dentro de estas amenazas constantes que quieren enrollarnos, en la rueda de las esclavitudes. Pero ser libres es nuestra vocación de hombres y de Cristianos. ¡Reflexionemos!