Lecturas del sábado, 28ª semana del tiempo ordinario, ciclo A

Pastoral: 
Litúrgica
Date: 
Sáb, 2014-10-18

I. Contemplamos la Palabra

Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo 4,9-17a:

Dimas me ha dejado, enamorado de este mundo presente, y se ha marchado a Tesalónica; Crescente se ha ido a Galacia; Tito, a Dalmacia; sólo Lucas está conmigo. Coge a Marcos y tráetelo contigo, ayuda bien en la tarea. A Tíquico lo he mandado a Éfeso.
El abrigo que me dejé en Troas, en casa de Carpo, tráetelo al venir, y los libros también, sobre todo los de pergamino. Alejandro, el metalúrgico, se ha portado muy mal conmigo; el Señor le pagará lo que ha hecho. Ten cuidado con él también tú, porque se opuso violentamente a mis palabras. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio salud para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran los gentiles.

Sal 144,10-11.12-13ab.17-18 R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.

El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,1-9:

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."»

II. Compartimos la Palabra

“Solo Lucas está conmigo”

Nosotros los cristianos, también los apóstoles como San Pablo, estamos hechos de una pasta que además de necesitar a Dios, su luz, su presencia amorosa continua, necesitamos el amor y la cercanía de nuestros hermanos y amigos. Debemos apoyarnos, para no perecer en el intento, en Dios, como lo que es, nuestro Dios, sabiendo todo lo que podemos esperar de él, y también en nuestros hermanos, sabiendo lo que podemos esperar de ellos, que son fuertes y frágiles como nosotros. El gran elogio que hace san Pablo de san Lucas es que viendo que muchos de los que le ayudaban en su tarea de predicar y extender la buena noticia, le han abandonado… “solo Lucas está conmigo”. Es un elogio a la amistad, a la fraternidad y a la fidelidad de los que se quieren. Hoy, san Pablo no canta las alabanzas de san Lucas como escritor del evangelio, como predicador… no. Le ensalza como amigo que no le ha dejado solo. Gran elogio.

“Está cerca de vosotros el reino de Dios”

Después de oír el elogio de san Pablo a san Lucas, ahora nos toca a nosotros recordarle y elogiarle como gran predicador y divulgador de la buena noticia de Jesús. En su doble faceta de recopilar por escrito en su evangelio “todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio hasta el día en que fue arrebatado a lo alto”, e igualmente por recoger los primeros momentos de la primitiva iglesia, en los Hechos de los Apóstoles; y también por ser predicador itinerante, acompañando a San Pablo de pueblo en pueblo. Gastándose y desgastándose por extender el evangelio, obedeciendo a Jesús que pidió a sus discípulos que diesen “testimonio de todo esto”, de su vida, muerte y resurrección.

Fray Manuel Santos Sánchez
Real Convento de Predicadores (Valencia)