Lecturas del miércoles, 31ª semana del tiempo ordinario, ciclo A

Pastoral: 
Litúrgica
Date: 
Mié, 2014-11-05

I. Contemplamos la Palabra

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 2,12-18:

Ya que siempre habéis obedecido, no sólo cuando yo estaba presente, sino mucho más ahora en mi ausencia, seguid actuando vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros el querer y la actividad para realizar su designio de amor. Cualquier cosa que hagáis, sea sin protestas ni discusiones, así seréis irreprochables y límpidos, hijos de Dios sin tacha, en medio de una gente torcida y depravada, entre la cual brilláis como lumbreras del mundo, mostrando una razón para vivir. El día de Cristo, eso será una honra para mí, que no he corrido ni me he fatigado en vano. Y, aun en el caso de que mi sangre haya de derramarse, rociando el sacrificio litúrgico que es vuestra fe, yo estoy alegre y me asocio a vuestra alegría; por vuestra parte, estad alegres y asociaos a la mía.

Sal 26,1.4.13-14 R/. El Señor es mi luz y mi salvación

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.

Lectura del santo evangelio según san Lucas 14,25-33:

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, sí quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar." ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»

II. Compartimos la Palabra

Ser hijos e hijas de Dios

Hoy miércoles seguimos con la carta a los Filipenses, donde Pablo sigue expresando a la comunidad de Filipos, ánimo y aliento, les da indicaciones de cómo ser seguidor de Jesús en comunidad.

Rescato algunos aspectos:

  • Es Dios quien realiza en ustedes, Dios ya está en cada uno, dentro de sí mismo, más adentro y más presente, invitando y transformando. No elimina la responsabilidad de la persona.
  • Actitudes que ayudan, el no juicio, ni contra uno mismo ni contra los otros.
  • Brillar como antorchas. Ser testigos conscientes, unos para los otros, de esa Vida, del Amor que Dios va gestando en cada uno.

Pablo les escribe desde la cárcel, desborda de alegría por poder acompañarles e incluso entregarse al servicio de su fe. Toda su persona y su vida quiere derrocharla animando y acompañando en el crecimiento en la fe.

Pablo, él mismo es una antorcha viva para los filipenses.

Si alguno quiere venir conmigo

En este texto de Lucas, Jesús se dirige a “mucha gente” que le seguía, hombres y mujeres en general. Es un mensaje aclaratorio de lo que supone “venir conmigo”, es decir, comenta un poco más lo que implica responder a su llamada “ven y sígueme”, para ser su discípulo-a.
Jesús expresa unas indicaciones - condiciones que no tienen relación con el hacer, ni con el culto, ni las ofrendas, ni con acumulación de méritos. SI con el ser de cada persona, con el sí mismo, dónde está su corazón.

Habla de renunciar, desprenderse, soltar. Me hago dos preguntas con respecto a esto:

  • ¿Qué soltar, a qué estamos apegados?, A todo lo que nos condiciona (ideas, personas, títulos, éxitos…) y nos determina, incluso los condicionantes familiares. En tiempos de Jesús, la familia exigía una fidelidad total. Jesús responde “mi madre y mis hermanos son los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lc 8, 21). Jesús no está en contra de la familia, de las relaciones familiares, sí de lo que nos ata e impide que seamos lo que estamos llamados a ser.
  • ¿Para qué soltar? Condición indispensable para vivir con una libertad interior, para vivir el proyecto que Dios tiene para ti y para mi. Vaciarse, dejar espacio para que Otro pueda entrar. Este desprenderse no es una acción que se hace una sola vez, es un proceso personal y comunitario.

Las parábolas hablan que al hacer un proyecto calculamos lo que necesitamos para llevarlo a cabo. Aquí el proyecto de Jesús no es una actividad aislada sino un proyecto de vida ¿quiero vivir la llamada de ser discípulo-a de Jesús? ¿Queremos aventurar nuestra vida a favor del Reino de Dios incluso acogiendo lo difícil?

Hna. Nélida Armas Tejera O.P.
Congregación Romana de Santo Domingo