Un mundo sin violencia hacia las mujeres

de Francisco Moreno Barrón
Obispo de Tlaxcala

“Había justamente ahí una mujer que hacía 18 años estaba poseída

de un espíritu que la tenía enferma, tan encorvada

que de ninguna manera podía enderezarse.

Al verla Jesús, la llamó y le dijo:

“Mujer, quedas libre de mal… Y en ese mismo momento

ella se enderezó alabando a Dios”

(Lc 13, 11- 13)

EL 25 de noviembre se conmemora el “Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres” e inicia la “Campaña Internacional 16 Días contra la Violencia hacia las mujeres”, la cual concluye el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. Desafortunadamente estas conmemoraciones tienen que mantenerse, pues, si bien es cierto que en los últimos años se han logrado avances importantes en la participación de las mujeres en los ámbitos económico y político, también es cierto que persisten condiciones de desigualdad y violencia. El evangelio de Lucas nos muestra la actitud de Jesús frente a las mujeres. Él se preocupa por ellas, le duele verlas encorvadas por la violencia que sufren, y se inclina para enderezarlas, es decir, para recordarles su dignidad y acompañarlas en su crecimiento integral.

Informes de las Naciones Unidas señalan que 70 de cada 100 mujeres han experimentado violencia en el transcurso de su vida. Según estadísticas presentadas por el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), 47 por ciento de las mujeres de 15 años y más sufrió algún incidente de violencia por parte de su pareja; cuatro de cada diez mujeres han vivido violencia emocional; dos de cada diez violencia económica y sexual por parte de su pareja.

Tlaxcala no se encuentra al margen de esta violencia ejercida hacia las mujeres. Según el INEGI, 62 de cada 100 mujeres de 15 y más años que han tenido al menos una relación de pareja, matrimonio o noviazgo, han padecido algún incidente de violencia, y de las que enfrentaron violencia física o sexual infligida por su pareja, el 88.1% fue violencia muy grave.

Para nuestro Estado sigue pendiente el problema de la trata de mujeres, pues el “Diagnóstico sobre la Situación de la Trata de Personas en México 2013” reconoce la participación de las redes Tlaxcaltecas en el plano nacional y hace referencia a casos internacionales; considera a Tlaxcala un foco rojo y señala también pendientes en esta materia pues “En ninguna entidad federativa se reportó la implementación de campañas u otras medidas focalizadas tendientes a desalentar la demanda”; señala que, de las sentencias emitidas, solamente en un caso se consideró la reparación del daño, lo cual nos habla de que, aún en los casos que hay sentencia, no se garantiza una justicia plena para las víctimas; y muestra a Tlaxcala en cuarto lugar en el número de víctimas reportadas, 148, todas ellas mujeres.

EL 25 de noviembre y los 16 días de la Campaña en mención, nos recuerdan a muchas mujeres que han luchado por ejercer sus derechos humanos y deben también recordarnos los pendientes que como sociedad tenemos para continuar luchando por un mundo con justicia, igualdad y paz.

Como iglesia “lamentamos que innumerables mujeres de toda condición no sean valoradas y reconocemos que en América Latina y el Caribe es necesario superar una mentalidad machista que ignora la novedad del cristianismo, donde se reconoce y proclama la igual dignidad y responsabilidad de la mujer respecto al hombre”.

Esta situación actual en la que persisten variadas formas de violencia hacia la mujer, llama a las mujeres a tomar conciencia de su gran dignidad y a luchar por su defensa y promoción. Como varones, también estamos interpelados a reconocer que esa violencia es ejercida por nosotros de diversas maneras: como parejas, esposos, novios, explotadores o consumidores de cuerpos de mujeres vulneradas.

En una época marcada profundamente por el machismo, la práctica de Jesús fue decisiva para significar la dignidad de la mujer y su valor indiscutible. Como hombres, estamos llamados a continuar con esa práctica transformadora de Jesucristo, donde los hombres respetemos y valoremos nuestra propia dignidad y la de las mujeres, y respetemos y promovamos el derecho que tienen a vivir libres de violencia. Que estas fechas nos sirvan para interpelar nuestra conciencia y reconocer nuestras actitudes que siguen manteniendo a las mujeres encorvadas, para evitarlas en adelante.

Juntas y juntos caminemos en la construcción de una sociedad sin violencia hacia las mujeres, de un mundo más humano, igualitario, fraterno y solidario al que llamamos Reino de Dios.

Que la Santísima Virgen de Ocotlán, la Mujer por excelencia, nos acompañe en la construcción de un Tlaxcala donde se respete, valore y promueva la dignidad de la Mujer.

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