de Enrique Díaz Díaz
Obispo Coadjutor de San Cristóbal de las Casas
18 Diciembre
Jeremías 23,5-8: “Yo haré surgir un renuevo en el tronco de David”, Salmo 71: “Ven, Señor, rey de justicia y de paz”, San Mateo 1,18-24: “Jesús nació de María, desposada con José, hijo de David”
Hemos estado reflexionando en estos días sobre todo en dos personajes centrales en el Adviento: María y Juan el Bautista. Hoy vuelve a aparecer María, madre de Jesús, envuelta en el dramatismo de un embarazo con todas las dificultades humanas. Pero aparece también otro personaje que nos ayuda a preparar el nacimiento de Jesús de un modo muy especial: José.
Ya sabemos que los evangelios de la infancia no son precisamente una historia sino que están basados sobre todo en propósitos teológicos para ayudarnos a comprender mejor a Jesús. Pues aquí aparece José, un hombre que, según la genealogía que escuchábamos ayer, une Jesús a toda la tradición y las promesas del pueblo de Israel. José sacudido por los acontecimientos hace resaltar su figura forjada en la fe y en la humildad: pocas explicaciones y en sueños misteriosos, graves compromisos al aceptar ser padre de Dios. Y sin embargo, si en un principio aparece justo abandonando a María, después en silencio respetuoso, en responsabilidad sostenida, en obediencia humilde, cumple la misión maravillosa y difícil que se le ha encomendado.
Fe, justicia, silencio para escuchar al Señor, discernimiento para descubrir el mensaje, son cualidades que a primera vista nos ofrece José. Acerquémonos a él y preguntemos cómo puede nuestro mundo ser justo cuando vivimos en medio de tanta corrupción y tanta injusticia. Aprendamos cómo él confía toda su vida y toda su historia a Dios. Solamente quien está dispuesto a una apertura total y obediente a los designios de Dios es capaz de superar las más grandes dificultades. Escuchando su palabra se siente seguro y afronta los más difíciles problemas. Que San José nos ayude en este tiempo tan especial a descubrir la palabra de Dios que nos impulsa a discernir la realidad y a tomar las decisiones correctas que nos acercan al Salvador. Junto con José preparemos entusiasmados el nacimiento de Jesús.