de Enrique Díaz Díaz
Obispo Coadjutor de San Cristóbal de las Casas
10 Abril
VIERNES DE LA OCTAVA DE PASCUA
Hechos 4,1-12:“Fuera de Jesús no hay salvación”, Salmo 117: “La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular”, San Juan 21,1-14: “Se acercó Jesús, tomó el pan y se lo dio a sus discípulos y también el pescado”
Parece contradictorio que un mundo de tantos avances, de tanta tecnología, que muchas veces ha criticado las religiones y se ha refugiado solamente en sus avances científicos, de repente presente muestras evidentes de superstición y fantasías seudo religiosas que vienen a suplantar la verdadera fe cristiana.
La “santa muerte”, multitud de ángeles, santos inventados, veladoras, horóscopos y energías, piedras y perfumes, son solamente algunos de los innumerables objetos de un nuevo culto que se basa en exterioridades y que lejos de ofrecer verdadera salvación, esclavizan, enajenan y destruyen la integridad de la persona y de la comunidad.
San Pedro, en la primera lectura de este día, cuestionado sobre la forma de realizar su milagro que levanta al paralítico, afirma que ese hombre “ha sido curado en el nombre de Jesús de Nazaret… Ningún otro puede salvarnos pues Él es la piedra angular”. Él es el único capaz de dar una salvación integral a cada persona. Resulta hasta ridículo que dejando este nombre nos colgamos amuletos y fetiches para protegernos del mal, cuando tenemos el nombre de quien es nuestra fortaleza. En el pasaje evangélico, después de una noche de fracasos, de inútil trabajo sin pescar absolutamente nada, Pedro y sus compañeros, al mandato de Jesús, lanzan nuevamente la red y obtienen una pesca milagrosa.
Hoy Cristo, vivo y resucitado, se nos presenta como el único camino. Ya hemos errado durante mucho tiempo, ya nos habíamos confiando a nuestras propias fuerzas, ya hemos fracasado en la oscuridad de la noche ¿Por qué no nos acercamos a Jesús nuestra única y verdadera esperanza? Esta semana de resurrección, Cristo se nos presenta como el único nombre que nos trae salvación integral y plena.