Otra vez el tema del: aborto. En lo personal pienso que las personas que están en puestos públicos para trabajar por el: Bien Común, deben de saber, conocer las leyes: Divinas y humanas. Aquí en el caso presente las mexicanas constitucionales; y aplicarlas correctamente, para lograr el bien común, defendiendo los derechos humanos. En los que ocupa el primer lugar la: Vida Humana.

El gran filósofo griego Aristóteles, pensaba que el alma, substancia espiritual que anima al ser humano se infundía en el embrión masculino a los 40 días, y en el femenino a los 80 días de su concepción. Por ser este filósofo una autoridad en su materia, muchos aceptaron esta opinión sin ninguna discusión. En la actualidad médicos y teólogos están de común acuerdo en que la animación del embrión por el alma espiritual se efectúa en el momento de la concepción. Pero suponiendo que la opinión del filósofo griego fuera cierta, y aunque el aborto practicado antes de la animación, no se calificara como un asesinato de un ser humano perfecto, si había que afirmar que era un ataque antinatural contra una vida que estaba destinada por Dios a recibir el alma espiritual y por lo mismo sería un verdadero crimen y como aborto desde el punto de vista moral ya que sería un verdadero asesinato, que merece ser castigado. Porque el NO Nacido es ya una persona, no un proyecto de persona o un ser en evolución que llegará a serlo. Y como persona, ya está en el centro del Derecho Civil y éste es para hacer respetar los derechos de la persona, en especial al débil y por lo mismo su acción se extiende a la condena del aborto. Entre el Derecho Penal como parte del Derecho Público y el Derecho Civil no debe de haber contradicción sino mutuo apoyo para evitar la violación a los Derechos Humanos, empezando por el primero que es el de la vida. Y éste, no comienza con el nacimiento y termina con la muerte, como juzga el Derecho Civil, sino como se ha dicho ya, empieza desde el momento de la concepción. El afirmar que la persona humana comienza con el nacimiento y por la inscripción en el Registro civil después de vivir veinticuatro horas, es absurdo y lleva a equívocos. Porque según esta afirmación se puede matar a un niño a la hora 23 después de haber nacido y no es homicidio, pero sí lo sería si se le matara a la hora 25. Hay que tratar de entender bien lo que el Derecho Civil quiere decir con esto, para no desquiciar y sacar fuera del orden establecido lo afirmado por él.

El no nacido es persona, está indefenso en el seno materno, pero tiene relaciones jurídicas que le favorecen, para que nadie pueda aprovecharse de él. El hombre es ser humano desde el momento de su concepción, hasta el momento de la muerte; toda disposición jurídica justa debe tener presente estos momentos que son fundamentales para el respeto de los derechos humanos. El enfermo en fase terminal tiene derecho a que su vida sea respetada hasta el último momento. Hay que tener presente que existe discrepancia entre la muerte legal y la muerte biológica. En la Ley General de Salud, el artículo 317, señala los signos que debe haber, para la certificación de la perdida de la vida. Mientras al no nacido, no se le comprueben esos signos, no se le puede practicar la embriotomía o eyección. La muerte debe ser comprobada, no basta una presunción. Y mientras exista la duda, la eyección abortiva es gravemente ilícita y se puede convertir en un homicidio. El NO NACIDO, COMO PERSONA, no es parte del organismo de la madre, y por lo mismo su vida es independientemente de la de ella. Tampoco queda permitido el aborto cuando el NO NACIDO, no fue deseado. A pesar de lo dramático del asunto, no se justifica quitar la vida al feto. Jurídicamente es aberrante que por culpa del violador se dicte sentencia de muerte a lo concebido, para salvar la armonía psicológica, la buena fama, la angustia económica, que son bienes secundarios de la víctima de la violación, contra el bien primario de la vida del aún no nacido que es persona con todos sus derechos. Tampoco las malformaciones congénitas, aunque estén científicamente comprobadas y que le harán infeliz durante toda su vida al no nacido, justifican el aborto. El fin de la ciencia médica es curar, y no acabar con la vida aún en estado embrionario porque el embrión es un ser humano independiente y debe ser protegido por las leyes humanas que no deben hacer ninguna distinción entre las diversas etapas de la vida humana que es de origen divino y nadie puede atentar contra ella. Una vez más que quede claro, que el derecho a la vida del ser humano que vive escondido en el seno materno, no depende de la ocasional y bamboleante opinión de Senadores y Diputados. El aborto en cualquiera de sus formas es un crimen. Despenalizarlo es algo más que la ausencia de penas, es encauzarlo a la legalización Y legalizarlo por ser un mal social que no soluciona el problema, porque a un mal social hay que extirparlo de raíz y no legalizarlo. Las leyes no tienen sólo función imperativa, sino también indicativa y defensiva. Debemos evitar toda clase de falacia y dejar de hablar al estilo sofista que bajo el barniz de verdad, hay un lodazal de falsedad y mentira. El aborto en cualquiera de sus formas atenta contra los fundamentos básicos del orden jurídico y contra el Derecho Natural. Y ¿para qué está el artículo -14- Constitucional? En el que se habla de un juicio previo para que los afectados exprese sus puntos de defensa y deben ser escuchados y tomados en cuenta para evitar arbitrariedades. ¿Y qué pasa en el aborto? Se condena a un ser humano a la muerte, sin juicio y sin ley. No soy experto en Jurisprudencia; pero tampoco soy un “retrasado mental”. Entiendo que lo expresado en el artículo -14- Constitucional, protege a TODOS LOS CIUDADANOS, y el no nacido es ya uno de ellos, aunque aún no esté su nombre en el Registro Civil. La Constitución protege la vida humana y el no nacido la tiene. El artículo -14- Constitucional es complejo, implica cuatro garantías fundamentales del ciudadano que son: LA VIDA – LA LIBERTAD – LAS PROPIEDADES – y la AUDIENCIA, que es la principal defensa de que dispone todo gobernado frente a la autoridad Civil que pretende privarlo de sus más elementales derechos y de sus más preciados intereses. Lea y reflexione el párrafo segundo de dicho artículo. ¡Pobre niño que no puede hablar para defender su vida! Niño con cara de inocencia, que desconoce el doblez, la simulación, y la hipocresía, de los que se dicen defender la vida y quieren matarlo. Estas personas que ocupan estos puestos públicos, que se supone que deben conocer y saber las leyes constitucionales, y que quieren despenalizar el aborto, son unos ignorantes, porque no saben lo que deben saber: Que el derecho a la vida es el primero y el más importante de la persona humana. Y es uno de los pilares básicos y el más importante de todo orden jurídico. Sin la vida, los demás derechos sin inútiles. Por lo mismo como todo ser humano, tiene derecho a vivir, se debe respetar la vida del no nacido que es un ser humano. También estas personas ignoran la LEY DIVINA, no saben, o no hacen caso que el Divino Creador nos manda: ¡NO MATARAS! No hagas a otro, lo que no quieras que te hagan a ti. Por lo mismo la autoridad eclesiástica, encargada de hacer cumplir la ¡Ley Divina!, nunca ha estado, ni está, ni estará con la práctica del aborto. Porque el Divino Creador es el único dueño de la vida, Que no olviden o que aprendan estas personas, que la despenalización, del aborto o drogas, es lo mismo que la legalización. No hay término medio. Los males sociales, como las drogas, hay que extirparlos, no legalizarlos. También quieren justificar el aborto, basados en la libertad de la madre, es una falacia, porque el feto, el no nacido, no es un intruso o un invasor que afecte la libertad de la madre. Así pues: ¡No al aborto! Porque siempre atenta contra el orden jurídico y contra el derecho natural de la vida. Que estas personas que están en favor del aborto, reflexionen y estudien.