de Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Acapulco
Este 10 de mayo celebramos en nuestro país la devoción, entrega y dedicación de las madres; con gran euforia los almacenes, las tiendas de autoservicio y todas las calles se llenan de artículos alusivos a la fecha, todos listos para demostrar el amor que los hijos le tienen al ser que les dio la vida.
Pero más allá de cualquier regalo material, debemos tener presentes y reconocer plenamente el papel que juega cada una de nuestras madres en la vida de todo ser humano. Del mismo modo en que Santa María no dudó en aceptar su misión, cada una de las madres de esta tierra, se entregan con caridad y servicio para ofrecer lo mejor de sí mismas a sus hijos.
Por ello, queremos reconocer el gran compromiso que asumen todas y cada una de las madres, quienes luchando contra viento y marea, hacen hasta lo imposible por sacar adelante a sus hijos. Reconocemos también a todas las madres que se convierten en padre y madre; a las que sufren en la cárcel; las enfermas; las que lloran la pérdida de un hijo a consecuencia de la delincuencia y el crimen organizado; a todas las que están privadas de la libertad; a todas las que se han encontrado con dificultades para seguir adelante.
Desde aquí seguiremos ofreciendo nuestra oración por todas las madres, quienes siguiendo el ejemplo de nuestra Santa Madre María, nos han llevado estoicamente en su vientre, entregando todo su amor para consolidar el milagro más grande de la vida. ¡Felicidades a todas las mamás!
Condenable violencia pre-electoral en el estado
A menos de un mes de efectuarse los comicios en Guerrero, se han presentado diversas situaciones de violencia que son realmente lamentables y preocupantes, que además, contribuyen de manera negativa a promover un clima de intranquilidad y zozobra entre la población.
Hechos tan cobardes como el asesinato del candidato del PRI a la alcaldía de Chilapa, Ulises Fabián Quiroz y el homicidio de cuatro miembros del Partido Nueva Alianza en la región Norte del estado, prenden los focos rojos en la entidad. Esto aunado a diversos disturbios que se han presentado en diferentes municipios, en donde grupos de inconformes han manifestado que no permitirán que se realicen las elecciones del próximo 7 de junio.
Esta situación es preocupante y condenable pues genera entre la sociedad la incertidumbre ante la posibilidad de que se promueva un escenario negativo.
Como Iglesia condenamos esta situación de violencia pre-electoral y hacemos un llamado para evitar que se sigan promoviendo estos actos que atentan contra la dignidad. Invitamos a la población a asumir un compromiso de promover la paz tan necesaria en estos momentos en los que se requiere unidad para que Guerrero pueda salir adelante.
Nuestra solidaridad con los afectados por las marejadas en Acapulco, Costa Grande y Costa Chica
La presencia de la Contracorriente Marina Ecuatorial, mejor conocida como Mar de Fondo generó muchas afectaciones a todo lo largo del litoral guerrerense. En toda la zona costera de Costa Grande, Costa Chica y Acapulco se presentaron casos en donde se dio cuenta sobre cómo el mar se adentró en las comunidades, en las vialidades y en las propias viviendas, arrasando consigo el patrimonio de muchas ciudadanos.
Una de las zonas con mayor daño sin duda fue el área conocida como Barra de Coyuca y Playa Azul, en donde las fuertes marejadas se llevaron gran parte de la franja de arena, dejando a los pobladores en la zozobra. Una situación similar ocurrió en Barra Vieja, en Acapulco, en donde las olas se introdujeron hasta la zona de restaurantes, llevándose consigo mobiliario y equipo de los comerciantes del lugar.
Lamentablemente este fenómeno también ha cobrado la vida de turistas y lugareños, quienes se enfrentaron al mar y lamentablemente sucumbieron en su intento.
Esta situación y sus afectaciones requieren de una atención especial por parte de las autoridades, pues no sólo se trata de resolver los daños a través de la entrega de apoyos; se requiere una planeación y una prevención efectiva para evitar que en el futuro se vuelvan a presentar daños de esta magnitud.
Ciertamente, tal como lo señalan las autoridades federales, es un fenómeno que se registra de manera recurrente, pero que no había tenido esa magnitud desde hace 28 años; por esa misma razón creemos conveniente que al igual que se trabaja en el tema de la planeación ante la posibilidad de fenómenos naturales como sismos, huracanes y tsunamis, la población debe estar consciente y plenamente preparada de qué debe de hacer para minimizar el impacto de este tipo de fenómenos.
Como Iglesia ofrecemos toda nuestra solidaridad y apoyo con todos los afectados por las marejadas y elevamos oración por el descanso de quienes han fallecido a consecuencia de este fenómeno. Asimismo exhortamos a las autoridades a mantenerse cercanos a los damnificados, apoyarlos para que recuperen su patrimonio y su sustento de vida, pero sobre todo, para que como sociedad hagamos más conciencia de lo que no debemos hacer y estar mejor preparados para saber hacer frente a estas emergencias.