de Fabio Martínez Castilla
II Arzobispo de Tuxtla Gutiérrez
Saludo a todos aquellos hermanos y hermanas a quienes llegamos a través de los Medios de comunicación. Gracias a ustedes que hacen posible esta cercanía.
Mis queridos hermanos, con inmensa alegría nos hemos unido a la beatificación de Mons. Romero Obispo del Salvador, quien como nos recordó el Papa, fue capaz de “ver y oír el sufrimiento de su pueblo”; pidamos interceda por nuestro país, y aprendamos de él a ser instrumentos de justicia y paz en nuestra sociedad.
Por otra parte, hoy celebramos pentecostés, que es el nacimiento de la iglesia; pentecostés es para la iglesia, esa fuerza que anima, que empuja a tener un solo lenguaje, el lenguaje del amor, a diferencia de la torre de babel que divide y confunde, pentecostés nos hace hermanos, nos aleja de la indiferencia, nos hace construir una sociedad más justa y en paz; no hagamos estéril esta semilla que Dios ha depositado en nuestras vidas y con la fuerza del Espíritu Santo, construyamos una nueva oleada de amor
Para construir esta nueva oleada de amor, bueno será hacerle caso al Santo Padre Francisco que nos propone no olvidar las actitudes: permiso (por favor), gracias y perdón; que manifiestan el amor por el bien y el respeto por el otro, así desde las cosas sencillas podemos empezar a cambiar nuestro entorno y darle a nuestra sociedad un rostro de hermano.
Por ultimo quiero informarles que este próximo domingo 31 de mayo como provincia de Chiapas, tendremos la peregrinación a la Basílica de nuestra Señora de Guadalupe, que es signo de nuestra filiación y confianza en su intercesión, pediremos por todo Chiapas, pediremos porque en nuestro estado se respete la vida, se promueva la familia, se construya una sociedad justa y en paz.
Que esta nueva oleada de amor del Espíritu Santo sea fermento de fraternidad en el mundo. De corazón, un abrazo a todos aquellos que por el bautismo son mis hermanos en Cristo.