La conversión ecológica, solución a muchos problemas

de José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca

Comunicado de prensa

Junio 21 de 2015.

El Papa Francisco nos estimula con una carta Encíclica sobre ecología. Toca de manera sencilla y profunda los temas que preocupan a todos: contaminación y cambio climático, el agua, el clima como bien común, deterioro de la calidad de vida humana y degradación social. El título del documento se inspira en el “Cántico de las criaturas" de San Francisco de Asís: "Laudato sí"; nos recuerda que la tierra, nuestra casa común, es "como una hermana con la que compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos" (n. 1).

El texto está compuesto por algunos ejes temáticos que le dan una fuerte coherencia interna: "la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta, la convicción de que en el mundo todo está conectado, la crítica al nuevo paradigma y a las formas de poder que derivan de la tecnología, la invitación a buscar otros modos de entender la economía y el progreso, el valor propio de cada criatura, el sentido humano de la ecología, la necesidad de debates sinceros y honestos, la grave responsabilidad de la política internacional y local, la cultura del descarte y la propuesta de un nuevo estilo de vida". (n. 16).

La creación como casa común, la mirada de esperanza y el diálogo atraviesan todo el documento. "Entre los pobres más abandonados está nuestra oprimida y devastada tierra que gime dolores de parto. Olvidamos que nosotros mismos somos tierra... su aire es el que nos da aliento y su agua nos vivifica y restaura" (n.2). El Papa nos llama a todos y cada uno a una "conversión ecológica", a cambiar de ruta asumiendo la urgencia del cuidado de la casa común. El cuidado de la creación es tarea de todos; en ella los cristianos tienen un cometido, sus deberes con la naturaleza y el Creador forman parte de su fe (n. 64).

"¿Qué tipo de mundo queremos dejar a quienes nos sucedan, a los niños que están creciendo?". Es la pregunta central de la Carta del Papa Francisco; nos despierta y compromete a todos en el cuidado de la casa común; nos lleva a interrogarnos sobre el sentido de la existencia y el valor de la vida social: "¿Para qué pasamos por este mundo? ¿Para qué vinimos a esta vida? ¿Para qué trabajamos y luchamos? ¿Para qué nos necesita esta tierra?" (n.160). Sin plantearnos a fondo estas preguntas, nuestras preocupaciones y acciones ecológicas no tendrán resultados importantes.

El Papa reconoce "una creciente sensibilidad con respecto al ambiente y al cuidado de la naturaleza, y crece una sincera y dolorosa preocupación por lo que está ocurriendo con nuestro planeta" (n. 19). Esta mirada de esperanza envía a todos un mensaje claro: "La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común" (n. 13), fomentando la cultura del encuentro y de la solidaridad.

El Papa propone entrar en diálogo con todos sobre nuestra casa común. El diálogo se vuelve instrumento adecuado para afrontar y resolver los problemas; llama a emprender un diálogo honesto a todos los niveles de la vida social, que facilite procesos de decisión transparentes (Cap.5). Recuerda que ningún proyecto puede ser eficaz si no está animado por una conciencia formada y responsable; sugiere principios para crecer en esta dirección a nivel educativo, espiritual, eclesial, político y teológico.

A partir de la escucha de la situación y de los conocimientos científicos disponibles hoy, recurre a la luz de la Sagrada Escritura y a la tradición judeo-cristiana señalando las raíces del problema: la tecnocracia y el antropocentrismo moderno (Cap.3). El Papa propone una ecología integral vinculando la dimensión humana y social con la situación ambiental (n.137).

La carta es un llamado a todos los que tienen responsabilidad en todos los niveles: gobernantes y políticos, instancias de educación, iniciativa privada, profesionistas, ecologistas, organizaciones sociales, religiones, a los católicos. Nos hará bien a todos leerla, reflexionar en conciencia, actuar con acciones personales y comunitarias a nuestro alcance; también a quienes no creen; será un grande apoyo para nuestros campesinos y culturas indígenas, una nueva luz en nuestro proceso de la campaña Por la Reconciliación y la Paz desde la Familia. Está al alcance de todos en la página de nuestra Diócesis: www.arquioax.org y de la Conferencia Episcopal Mexicana: www.cem.org.mx.

Con mi saludo y bendición para todos.