Problema social muy lamentable y preocupante a nivel no sólo nacional, sino mundial. Las condiciones de carestía y de miseria que existen en el mundo por diferentes causas, sismos, sequía, desempleo, etc., no solamente son una realidad para los que la sufren, sino para todos, por las consecuencias lógicas que tienen. Entre estos dramas que estamos viviendo, la necesidad más vital del ser humano es: La alimentación. Es una necesidad verdaderamente primaria, necesidad cuya satisfacción se impone perentoriamente al organismo humano. Porque necesita este combustible del alimento para tener la energía necesaria para su recto funcionamiento corporal vital. De aquí se comprende la importancia extraordinaria biológica de los alimentos, que son materia indispensable para la formación de los tejidos del cuerpo y ayudan a la recuperación de los desgastes fisiológicos. Los alimentos son un medio que ayudan y dan las substancias múltiples que componen la compleja arquitectura del cuerpo humano diseñado por el Divino Creador. El cuerpo humano necesita de una alimentación suficiente y completa, para su equilibrio material. Alimento que les falta a millones de seres humanos que forman el -drama- mundial del hambre. Drama humillante y preocupante, para toda la humanidad. Lamentablemente muchos seres humanos, no reflexionan en este drama. Desde el principio de la historia de la humanidad, ha sido la historia de la lucha y el esfuerzo, para alcanzar y tener el alimento cotidiano. El hombre ha luchado contra las fuerzas de la naturaleza y ha salido victorioso en muchos de ellos, pero no ha obtenido, ni obtendrá una lucha decisiva y definitiva, en esta lucha por su subsistencia. Lamentablemente en la actualidad, miles de millones de seres humanos de la población mundial, viven en un estado permanente de: ¡Hambre! Que es la más terrible de todas las calamidades sociales. Hay otras calamidades como la que nos está también atacando: La influenza humana, Pero el -hambre- es más dolorosa y de consecuencia biológicas y sociales más graves, que a todos nos afectan de una forma o de otra. Porque tiene una influencia nefasta sobre la salud, que todo ser humano quiere tener en buen estado, pero el hambre la ataca y puede acabar con ella, produciendo la muerte, a la que nadie quiere, y se lucha por la vida de todas formas, que pueden afectar a otros seres humanos, como sería por asaltos, robos y demás. El agobiado por la necesidad imperiosa de comer, el hombre hambriento puede tener una conducta mental desconcertarte y criminal. Su pensamiento se concentra, sobre la manera de cómo tener el alimento, sin importarle los medios, ni tener en cuenta los riesgos a los que se expone. Lo que importa es comer algo. El hambre desintegra la personalidad del hambriento y se llega a la pérdida de la conciencia del orden moral social y lo puede conducir a la delincuencia. La insuficiencia alimenticia, conduce a la depresión y a la apatía, que pueden tener consecuencias fatales. La tristeza también puede ser provocada por el hambre. Esta, bajo diversas formas arrastra consigo un cortejo de miserias físicas y morales como son: El robo, la usura, la prostitución, el alcoholismo, los estupefacientes, la delincuencia, abandono de niños; niños de la “calle” etc. El drama del hambre, va creciendo y las fuentes de producción de alimento van disminuyendo, como es la producción agrícola, la ganadera, etc.; hay una serie de causas naturales que merman la producción de alimentos en contra de la voluntad humana, como son: Las sequías, inundaciones, heladas, plagas y demás. Pero en algunas de estas calamidades, el hombre es responsable; como en la devastación de los bosques, la contaminación ambiental, por muchas causas, como los incendios y otros. Por eso las posibilidades de la agricultura y ganadería se encuentran restringidas. Pero el Divino Creador, ha dado a la humanidad otra abundante fuente de alimento que es el mar. El cual según los científicos especialistas en este tema, cubre tres cuartas partes de la tierra; pero es una fuente de riqueza espectacular alimenticia que el hombre ha aprovechado en forma abundante y ningún científico podrá decir con exactitud las cantidades de alimentos que tiene el mar. En él, se encuentran enormes cantidades de sustancias utilizables para el hombre. Dicen los estudiosos del mar, que en el fondo marino se encuentra una extraordinaria riqueza de vitaminas en ciertos vegetales, con los que se alimentan los más grandes animales, que el hombre pesca y se come. Pero algunos de esos vegetales dicen que pueden usarse también como alimentación humana. En esta clase de alimentos esta la -chorella- que produce proteínas y grasas para el alimento humano. Entre las miles de especies de algas marinas, ninguna es venenosa, ni para el hombre, ni para el animal. EL DIVINO CREADOR, desde el principio de la creación proporcionó alimento para el hombre y para los animales. Lo que importa es cuidarlos y hacerlos reproducir, para que a ningún ser humano le falte el alimento; y compartirlo con los que no lo tienen. No debe haber naciones hartas y naciones hambrientas. Los países desarrollados, deben practicar y vivir la justicia social y ayudar a los países subdesarrollados, para que sus habitantes no vivan el -drama- del hambre.
¡Justicia y Caridad!
Son el binomio, que forman la bandera que el Divino Salvador, puso en lo alto del centro del mensaje evangélico en defensa y ayuda de los pobres y débiles. Binomio que puede resolver y destruir el drama del hambre. Urge combatir y acabar el desequilibrio económico, que se está viviendo. Familias que viven en la miseria en “casas” infrahumanas, sin servicios sanitarios, luz, agua, etc.; en estas colonias, no marginadas, sino periféricas, hay hambre, desnudez, frío, calor, desamparo social, hermanos nuestros reducidos a la angustiosa miseria; que no pueden conciliar el sueño, por el hambre que padecen, con deudas atrasadas, y demás cosas que sufren y padecen, que son causa de la ruina de la salud y de la desintegración familiar. En un hogar donde no hay lo mínimo de bienestar material, no florece en él la cordialidad, el amor y la paz. La autoridad civil, como eclesiástica deben de estar pendientes de que haya -Justicia Social. La civil procurando la protección y el respeto a los derechos humanos, y poner los medios para lograr lo necesario para obtener el -Bien Común-. Los empresarios dar a las personas que trabajan en su empresa, un salario suficiente para satisfacer las necesidades familiares, domésticas ordinarias. No explotar a los trabajadores, despreciando su dignidad humana. Pero también los empleados deben de poner su parte en forma honrada y responsable, que no perjudique de alguna forma a la empresa, etc.
¡Opción por los pobres!
La autoridad eclesiástica, siempre ha estado pendiente de que haya -justicia social-, junto con el sentimiento de amor cristiano; porque son los medios para salvar al mundo, de todos los -Dramas- trágicos que lo atacan y lo atormentan. Y recuerda a todos los feligreses, que en la Historia de la Salvación, Dios como Padre se ha manifestado siempre misericordioso hacia los pobres y humillados; defensor del oprimido y libertador de los esclavizados. Nos recuerda que la vida del DIVINO REDENTOR se desarrolló en la pobreza y en medio de los pobres. Y El mismo quiso identificarse con los pobres y marginados, como nos lo narra el evangelista Sn. Mateo en su capítulo -25, 31-46- en donde dice que Jesús dijo, que cuando venga por segunda vez sentado en su trono de gloria como juez de la humanidad, va a dar posesión del reino eterno a los que le dieron de comer cuando tuvo hambre; le dieron agua cuando estuvo sediento, a los que lo hospedaron cuando no tenía casa, lo vistieron cuando no tenía ropa, etc., y afirma que cuando las personas hicieron esto de dar: alimentación, vivienda, vestido, cariño humano Cristiano con los más pobres, -miserables- con El, lo hicieron. Por eso el amor Cristiano al prójimo y en este caso a los miserables, no es filantropía, sino la virtud que nos hace amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo por amor a Dios. Por eso la opción preferencial por los pobres miserables, es adherirse al Divino Redentor que se hizo pobre entre los pobres y así se ayudará a realizar el proyecto de Dios para transformar las condiciones de este doloroso drama de la miseria y del hambre. No olvidemos que el -Amor Cristiano- es la columna vertebral del mensaje evangélico, que nos invita a amarnos como hermanos y como nos amó el Divino Redentor; y a ayudarnos mutuamente, en todas las formas: espiritual, moral o material, como se trata en el presente tema. Y con la ayuda de Dios y haciendo lo que debemos hacer, superaremos los trágicos -dramas- sociales que nos atacan. ¡Arriba y Adelante! La Caridad Cristiana, no encubre a las injusticias, sino que abre sus brazos; porque es la fuente de la justicia alegre y generosa. No hay que guardar silencio o ser indiferente frente a estos fenómenos humillantes y perjudiciales para la humanidad, que tienen todo un cortejo impresionante de otras enfermedades y consecuencias sociales graves. Por eso la autoridad eclesiástica cumpliendo con la misión encomendada, exhorta a los feligreses a cumplir con la caridad y ayudar como buenos samaritanos a los más necesitados. ¡Arriba y adelante! Imitando el Divino ejemplo de Cristo y que multiplicó panes y demás, para ayudar a los hambrientos, enfermos y demás.