Historial de Catequesis

“ Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino ”

Jesucristo Rey del Universo

Termina el año litúrgico, el ciclo del evangelio de Lucas, y la Iglesia lo dedica a Jesucristo, ya que en El convergen todas las causas justas del mundo. Es una fiesta en sí reciente, pero que poco a poco ha ido perfilándose como lo más adecuado para cerrar el tiempo litúrgico de la Iglesia. Por encima de las catástrofes y de la destrucción, aparece en el horizonte nuestro Señor Jesucristo, un rey sin poder, sin reino, entendido éste como espacio o nación donde reinar. Jesús, en este momento nuevo de nacionalismos, pretende que todos los hombres sean hermanos, que los pueblos no tengan fronteras. Su reinado solamente se puede celebrar y entender desde la solidaridad más universal.

“ Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas ”

Esta Historia hay que vivirla con dignidad
Iª Lectura: Malaquías (3,19-20):

I.1. En la línea litúrgica de presentar los temas sobre las últimas cosas de la vida y de la historia, al final del año litúrgico, la lecturas de este domingo pecan un poco de apocalípticas. Este es un género literario religioso que tiene sus contradicciones, acertado en algunas cosas por su inspiración profética y desenfocado en otras. Es una literatura para tiempos de crisis, en que se ambiciona una identidad frente a culturas nuevas que pretenden arrasar con todo el pasado; refugio, en otros momentos, de mentalidades fundamentalistas. En la Biblia existe de todo eso un poco y a lo largo de la historia siempre ha habido grupos y personas que se encuentran demasiado a gusto en esos perfiles.

“ No es Dios de muertos sino de vivos ”

Hemos sido creados para la vida no para la muerte
Iª Lectura: 2º Macabeos (7,1-14): El martirio como experiencia de vida

I.1. Desde la fiesta de Todos los Santos, la liturgia del año comienza a introducirnos en los temas llamados escatológicos, los que se preocupan de las últimas cosas de la vida y de la fe, del futuro personal y de esta historia. Y hay que poner de manifiesto que sobre esas ultimidades es necesario preguntarse, y debemos relacionarnos con ellas como planteamiento base de la existencia cristiana: ¿Qué nos espera? ¿En quién está nuestro futuro? ¿Será posible la felicidad que aquí ha sido imposible? La liturgia de hoy quiere ofrecernos respuesta, más bien aproximaciones, de lo que fue uno de los descubrimientos más grandes de la fe de Israel y de los mismos planteamientos personales de Jesús, el Señor.