Historial de Catequesis

“ Dadles vosotros de comer ”

Iª Lectura: Isaías (55,1-3), El Dios necesario de los profetas

I.1. La Iª Lectura, tomada del libro de Isaías nos muestra, con un estilo retórico, cálido y apasionado, las vivencias del profeta del destierro, distinto del de los cc. 1-39. La situación es inconfundible y la grandeza de lo que se afirma concuerda perfectamente con la situación desastrosa que, el llamado Deuteroisaías, quiere recomponer en nombre del Dios de la historia, cuya palabra es poderosa para recrear nuevas situaciones. El «venid por agua todos los sedientos» es toda una afirmación teológica que podemos entender fácilmente. El agua es fuente de vida, de fertilidad, de prosperidad, de futuro. Hoy lo estamos valorando más que nunca por los problemas “ecológicos” que sufre la humanidad entera y por la desertización que avanza por culpa del hombre y de su desprecio de la creación.

“ El reino de los cielos se parece a un tesoro... ”

Iª Lectura: 1Reyes(3, 5.7-12): Sólo se es grande por la sabiduría

I.1. Dicen los especialistas que este c. 3 de 1º de los Reyes es un texto auténticamente "deuteronomista" que refleja el pensamiento y la teología de esa escuela que habría de encargarse de redactar y poner los fundamentos "espirituales" de la historia pura y dura -y a veces perversa-,del pueblo de Israel, de sus reyes y magistrados. Una escuela llena de sabiduría y de carisma profético. Esta oración de Salomón en Gabaón, como un sueño, bien puede ser el modelo teológico de la "reforma" que buscó dicha escuela que se amparaba en el libro del Deuteronomio.

“ Dejadlos crecer juntos ”

Iª Lectura: Sabiduría (12,13.16-19): Un Dios justo e indulgente

I.1. La lectura, del libro de la Sabiduría, viene en el contexto de las afirmaciones sobre el monoteísmo de Israel frente a los egipcios y los cananeos. Forma parte de una sección apologética sobre el único Dios al que merece la pena otorgarle confianza, el Dios de Israel, que supera en poder y en amor a los dioses de los egipcios y los cananeos. Sabemos que hoy no se plantea así el tema de Dios, por lo menos desde el punto de vista ecuménico. Pero lo que vale en definitiva, como teología positiva, son las acciones de este Dios: El cuida de todo lo que existe y a nadie tiene que demostrar que es justo. ¿Cómo? porque su fuerza, su poderío, está en la justicia, en la indulgencia, en la benignidad. Esta última sección, pues, ilustra el monoteísmo de Israel frente a los dioses cananeos, porque ellos (que no existen, que no son nada), admitían sacrificios de niños y de seres humanos.

“ Salió el sembrador a sembrar ”

Iª Lectura: Isaías (55,10-11): La palabra profética, transforma la historia humana

I.1.El libro de Isaías, o mejor dicho, el Deuteroisaías (40-55), termina con un capítulo de altos contenidos teológicos que podemos interpretarlo como «la fuerza de la palabra de Dios que cambia la historia», que hace historia, que no se limita a los ámbitos espirituales, aunque estos son su ser natural. Efectivamente, el texto de la Iª Lectura de hoy forma parte de ese capítulo del que hablamos; sus imágenes, los símbolos que se usan, ponen de manifiesto esta teología sobre la fuerza de la palabra profética como Palabra de Dios. Lo que se quiere poner de manifiesto es la dimensión creadora y transformadora de la Palabra de Dios.

“ Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados ”

Iª Lectura: Zacarías (9,9-10): Las armas y los carros nunca traen la paz

I.1. La Iª Lectura del profeta Zacarías habla sobre la restauración de Israel, de Jerusalén, en razón del Mesías justo y victorioso. El libro de profeta Zacarías es un conjunto de oráculos que, con toda seguridad, no pertenecen solamente a un personaje, sino a una escuela profética que se ocupa de animar al pueblo. Es un caso parecido al de Isaías. De hecho, podemos dividir el libro en dos parte, y es precisamente a partir del capítulo 9 cuando comienza la segunda que supone una época y unas circunstancias distintas en el momento de la restauración y la vuelta del destierro de Babilonia; esa segunda parte del libro puede ser, probablemente, del s. III a. C.